lamine-ansu, las dos caras de los ‘bebés maravilla’
Lamine Yamal (15 años) ha irrumpido en el primer equipo con la misma fuerza que lo hizo Ansu Fati (20) con Valverde. El Camp Nou le aclama. Siete minutos ante un Betis vencido bastaron para propulsar la última perla de La Masia. Parece que el Barça necesite de nuevos estímulos que sustituyan el encogimiento por el que atraviesa Ansu. Ambos proyectan las dos caras de lo que supone quemar etapas en pleno aprendizaje y desarrollo físico en un fútbol frenético por presentar genios cada vez más precoces con guante de seda.
La propaganda excesiva ha provocado una rápida reacción, veremos si beneficiosa. El Camp Nou ha apadrinado al ‘nuevo fenómeno’, el madrugador Lamine está destinado a ‘marcar una época’ como ha dicho con admiración Xavi Hernández. El ascenso de ambos ha roto récords: Lamine obtuvo la mejor marca de precocidad en el Barça debutando con 15 años y 290 días; Ansu fue el segundo jugador en estrenarse de blaugrana con 16 años y 298 días. Luego vinieron más registros estratosféricos y las lesiones.
Ansu salió por Gavi en el minuto 36 del último partido ante Osasuna. Cuando aparece, el Camp Nou le dedica una ovación de fidelidad y ánimo que encubre el deseo colectivo de que vuelva a tener el brillo de antes. Fati le puso ganas pero no tuvo finura. De repente, apareció en la pantalla de la TV la figura de Lamine Yamal en el banquillo. Se interpretó que, con 0-0, Xavi podía regalar otra pequeña dosis del ‘niño maravilla’ de Esplugues.
Finalmente, no salió. No era justo señalar a nadie y Jordi Alba salvó los puntos.
Contra el Betis, el entrenador preservó las jerarquías y Ansu salió minutos antes de que debutara Lamine. El Camp Nou se deleitó durante siete minutos con el nuevo ‘niño prodigio’, un tiempo breve pero suficiente para que el extremo demostrara que es especial. Su actuación fue rematada con un dulce balón desde la frontal que Dembélé desperdició.
Efectivamente, el chico exhibe el don del último pase y tiene la facilidad de los elegidos para jugar en tres cuartos, lo más preciado de encontrar en las academias de fútbol.
Las convocatorias, la promesa de estar en la gira de EE.UU. y entrar en la dinámica del primer equipo forman parte de una estrategia que debería llevar a la renovación de Lamine hasta 2026. El objetivo de todo este proceso mediático es la de demostrarle que el club lo considera una pieza vital y espantar las posibles tentaciones que puedan llegar a sus padres del Real Madrid y otros clubs potentes. Todo tiene su explicación.
Tanto el Barça como Julen Guerrero le han perdonado los desmanes de inmadurez que protagonizó con otros dos jugadores durante la última convocatoria de la sub-17. El club blaugrana le llegó a sancionar dos semanas.
Fati sigue jugando con el ‘10’ a la espalda. El detalle de traspasarle el dorsal que llevó Messi le designaba simbólicamente como su sucesor, una coronación que iba a escenificar el inicio de una nueva época. Fue su ‘momentum’ como barcelonista: renovó hasta 2027 para ser considerado puntal del equipo junto a Pedri y le pusieron 1.000 millones de cláusula.
Laporta proclamó el ascenso del crack del Barça. ”La confianza del club con Ansu es total. A sus 18 años ya lleva el dorsal número ‘10’, muy respetado en el club”. El jugador contestó: “A mí no me cuesta, lo llevaré con dignidad solo si lo autorizan los capitanes”.
Ansu tendrá un verano complejo. Con la salida de Mateu Alemany desaparecen las resistencias para frenar la operación Messi y todo se enfoca en reducir gastos y salarios y la venta de jugadores que dejen dinero para conseguir 200 millones para inscripciones. La llegada de Leo compromete a Ansu y a otros jugadores como Christensen, Torres o Raphinha. Nadie está a salvo, será la consigna que viene para intimidar a la plantilla como sucedió el pasado verano con De Jong.
Una vez lograda Laliga, Xavi comenzará la ronda de conversaciones con los jugadores. No parece que vaya a recibir noticias optimistas el bissauguineano puesto que el entrenador le explicará que no le esperan más minutos la próxima temporada. En su cabeza vislumbra un 4-4-2 con un tridente ofensivo formado por Messi, Lewandowski y Dembélé. Xavi le ha dado confianza y minutos en este curso pero no la titularidad. Esta temporada ha jugado 1.602 minutos en 42 partidos, marcó 7 goles y dio 3. Ansu hará valer su contrato y la afición sus 10 años en La Masia. El Barça elige: paciencia o malvender a su ‘niño maravilla’