Un campeón con sello propio
La muerte de Federico Martín Bahamontes no por esperada, dada su avanzada edad, 95 años, es menos dolorosa. Leyenda del ciclismo, fue el primer español en conquistar el Tour. En
1959, cuando en España casi no se sabía lo que era el Tour, y lo hizo además siendo uno de los mejores escaladores de la historia.
Su vida fue un ejemplo de valentía y de tesón, también de ver en el ciclismo una forma de progresar en la vida, de dejar las penurias y el hambre a un lado. Para una persona que tenía que racionar lo que comía, las cuestas imposibles del Tour, con aquellas bicis, no con las de ahora que ‘suben solas’, eran pan comido.
Bahamontes fue un pionero, al igual que Santana lo hizo en el tenis, Ballesteros en el golf, Paquito Fernández Ochoa en el esquí o Ángel Nieto en las motos. Sin él no se entenderían los éxitos de Luis Ocaña, Perico Delgado, Miguel Indurain o Alberto Contador.
Y como con estos y otros muchos genios del deporte, la carrera de Bahamontes no estuvo exenta de miles de anécdotas, frases, detalles y todo tipo de situaciones que envuelven de magia, épica y romanticismo la vida de uno de aquellos deportistas que si no hubieran existido habría que inventarlos.
Como explicó su hija Victoria antes de que se trasladaran a Valladolid huyendo de la pandemia, siempre será un campeón que tuvo que pedir permiso a su madre para disputar el Tour y al que se conocía como el ‘Aguila de Toledo’, un águila que sobrevuela el cielo con la elegancia con la que volaba encima de la bicicleta ●