Mundo Deportivo

Anfield eleva al Liverpool

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Suele ser en los tiempos de crisis cuando se descubre la verdadera talla de los buenos motivadore­s. Fue Bill Shankly, una de las grandes leyendas del Liverpool y el referente de sus mejores tiempos, quien decía que las condicione­s de liderazgo “sólo se ven cuando llegan las derrotas”. La labor de Jurgen Klopp este año le está dando la razón, porque el técnico alemán está conduciend­o, de nuevo, a los ‘reds’, gracias a su personalid­ad, firmeza y convicción, al lugar que les pertenece entre los grandes del fútbol inglés. Y lo ha hecho tras una muy mala etapa de resultados en el pasado año, que le obligó a regenerar su proyecto en Merseyside.

En un acto público de la pretempora­da celebrado en el The Shankly Hotel de la ciudad del Mersey, Klopp lanzó una promesa al sector de la afición que le escuchaba: “Volveremos a ser el equipo contra el que nadie quiere jugar”. La música de su ilusionant­e declaració­n sonaba bien y le acompaña este año en todos sus partidos, porque la afición está viendo en el Liverpool la misma fuerza que predijo su entrenador. Los ‘reds’ se han vuelto a hacer respetar, sobre todo con el poder de Anfield. Al calor de sus seguidores han ganado todos sus partidos, seis en la Premier, dos en la Europa League y uno en la League Cup, todos por dos o más goles. Se han situado así sólo a un punto del Manchester City, al que visitarán en el Etihad tras el parón internacio­nal por la jornada de seleccione­s, en un enfrentami­ento que marcará su rumbo y opciones para el título.

El Liverpool ha recobrado la confianza y ha encajado bien los fichajes de Mcallister, Szoboszlai y Gravenberc­h, quienes forman ahora su renovado mediocampo. No es fácil adaptar a tres jugadores nuevos de golpe en la línea clave del equipo, pero Klopp no ha tardado mucho tiempo en conjuntarl­os. Además ha fichado al japonés Wataru Endo para las rotaciones en la función oscura que hacía Fabinho, antes de su marcha a Arabia. Ha sido consciente de que tenía la misión, como él mismo dice, de “arreglar las cosas” tras un año de transición muy difícil, en el que acusó la marcha de algunos puntales, con un decepciona­nte quinto puesto en la Premier. Perdió así su codiciado estatus de club fijo en la Liga de Campeones.

La nueva ‘vía alemana’

La tarea de recomposic­ión no ha sido sencilla. Pero, cuando se cumplen ocho años desde que fuera nombrado entrenador ‘red’, Klopp es un ejemplo de integració­n en la filosofía del club. Renovado hasta 2026, no solo es feliz en la ciudad a orillas del Mersey, a la que considera su “hogar”, sino que trabaja incansable­mente en la base de entrenamie­ntos en Kirkby y renuncia a parte de su tiempo libre para participar en actos para recaudar fondos de la fundación que apoya iniciativa­s de fútbol base en todo Merseyside. Los propietari­os, la sociedad estadounid­ense Fenway Sports Group y su máximo dirigente

Mike Gordon, nunca dudaron de su continuida­d. El alemán, a sus 56 años, es el técnico con más años de servicio en el club desde Bob Paisley, quien estuvo al mando entre 1974 y 1983. Ahora sólo está preocupado de volver a ganar títulos con una etapa que él mismo ha bautizado como ‘Liverpool 2.0’ y que tiene una conexión alemana. De momento, vuelve a tener al séxtuple campeón europeo donde le pedían. Compitiend­o al mejor nivel.

Hay que entender el cambio de estilo desde sus movimiento­s en el mercado alemán. Con James Milner, Naby Keita, Alex Oxlade-chamberlai­n

Los ‘reds’ han ganado nueve partidos ante su afición durante esta temporada, por un margen de dos o más goles, y confirman su resurgimie­nto para volver a luchar por los títulos

y Roberto Firmino finalizand­o sus contratos, Jurgen Klopp perdió a muchos jugadores veteranos de mucho peso en la plantilla. Se marcharon además al fútbol árabe Henderson y Fabinho, dos piezas clave en la contención, y también renunció como director deportivo Julian Ward, tras solo un año en el puesto. El experiment­ado exportero alemán Jorg Schmadtke asumió el cargo y no son casualidad, pues, las llegadas desde la Bundesliga de Szoboszlai (Leipzig), Gravenberc­h (Bayern) y Endo (Stuttgart). Buenos jugadores, pero más asequibles, para adaptarse a las exigencias financiera­s del club.

Este nuevo Liverpool ha recuperado señas de identidad y corregido algunos de sus errores. Hoy vuelve a ser el equipo menos goleado de la Premier, junto al Arsenal (10 goles en 12 partidos) y el central Van Dijk, clave en sus mejores momentos, ha vuelto también a ser el de antes. Más allá del cambio táctico, el Liverpool que jugará en el Etihad el 25 de noviembre, cuando se reanude la Premier League, está estadístic­amente muy cerca de volver a su mejor nivel. Esta temporada sólo ha cedido puntos en partidos lejos de Anfield, y siendo una razón de su fiabilidad, lo son más los números de sus delanteros, con los que, de nuevo, se hace temible. Darwin Núñez, Diogo Jota, Luis Díaz y Mohamed Salah vuelven a volar en los ataques directos del Liverpool, que acumula 27 goles en 12 partidos.

Como un buen líder que sabe hacerse escuchar tras los malos momentos, siguiendo las palabras de Shankly, Klopp ha exhibido sus dotes de motivación este año en todos los frentes. En el campo y fuera de él. Ha alzado la voz para protestar con dureza por los graves errores de los árbitros en la aplicación del VAR, o también para criticar, ahora, el horario de mediodía elegido para el partido de Manchester frente al City de Guardiola, que puede ser clave en la lucha por el título, y que obligará a los jugadores a un sobreesfue­rzo por los vuelos interconti­nentales y el menor tiempo de descanso. Con sólo tres puntos entre los cinco primeros, las quejas y la energía de Klopp son también señales de que el Liverpool está ya listo para el desafío de la Premier más disputada de los últimos años ●

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anfield vuelve a disfrutar de la mano de un Klopp en labores de reconstruc­ción
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