El ‘new deal’ del fútbol inglés
→ La extrema dureza y desproporción con la que ha sido castigado el Everton por una comisión independiente de la Premier League no ha sido ninguna casualidad. Son 10 partidos de sanción, fortísima y negra consecuencia de los incumplimientos de las Reglas de Rentabilidad y Sostenibilidad (PSR) de la Premier por parte del club de Liverpool, que había sido avisado y que sirven ahora como anuncio ejemplar de que la fiesta ha terminado. Soplan fuertes vientos de cambio en el futbol inglés para acabar con muchos años de vista gorda a los límites financieros. Y por eso llega también ahora el ‘New deal for Football’, un nuevo pacto entre todos los clubs profesionales para una nueva era de regulación económica y distribución de los ingresos, que va en paralelo al anuncio del Gobierno de Rishi Sunak de imponer un regulador independiente.
Los excesos en el gasto que algunos clubs como el Everton han mantenido al amparo de la tibieza con que ha actuado la Premier durante los últimos años tienen ya un punto y final. Perola principal prioridad de los gestores de la liga inglesa en la reforma es evitar un modelo de funcionamiento más restrictivo, bajo el nuevo regulador del fútbol inglés que anunció el Rey Carlos III en su reciente discurso, a principios de este mes. La situación del Everton, que apelará la sanción con criterios de in constitucionalidad, ha llevado a los parlamentarios a ejercer más presión para que se anuncie ya un acuerdo con los principales clubs ingleses para la esperada redistribución de los ingresos, tras años de discrepancias
Los clubs han pactado una nueva era de regulación económica
y desencuentros.
Los clubs se han reunido para decidir la forma del reparto con la English Football League (EFL), que engloba a los equipos de las divisiones inferiores (Championship, League One y League Two), con un pacto que puede rondar los 130 millones de libras al año. Afectará la proporción de ganancias de arriba a abajo y, a cambio, los principales clubs de la Premier logran que, a partir de la temporada 2526, el porcentaje crezca según los méritos. Una parte clave del nuevo sistema de redistribución se basará en garantizar que los clubs se gasten parte del dinero entregado en infraestructura e instalaciones, y no en salarios. A cambio de mayores pagos, el acuerdo seguirá el ejemplo de la UEFA, al introducir un límite al gasto en transferencias y salarios en toda la pirámide del fútbol.
La Premier League no ha tenido otra opción que ponerse dura con los clubs acusados de violar las reglas, aunque ha pagado primero el Everton, porque los casos del Chelsea y Manchester City, que siguen su curso de investigación, son de muchos años atrás y su resolución no será, según los expertos, en ningún caso inmediata. Nunca como ahora ha estado más clara la necesidad de que la Premier League actuara con su poder de gestión, ya que recientemente propuso al Gobierno una nueva configuración para el regulador, según la cual continuaría administrando gran parte de sus competencias. Ese es su objetivo. El castigo al Everton ilustra la voluntad de cambiar el ‘status quo’, y defenderse así de restricciones más radicales por parte del Gobierno de Westminster ●