¡EN OCTAVOS!
→ Los pupilos del Cholo se impusieron a un Feyenoord que aún no había perdido como local esta temporada
→ El Atlético ya está en los octavos de final de la Champions League. En la última jornada se jugará la primera plaza en casa ante la Lazio. Todo ello, tras una gran victoria fuera de casa ante un Feyenoord que no había perdido esta campaña como local. Un triunfo en el que fue muy superior a su rival, pero en el que cada gol colchonero la suerte fue determinante. Sea como sea, pero últimamente cuando la moneda cae a los del Cholo siempre les sale cara.
En los primeros minutos se pudo ver las armas que querían imponer cada uno de los equipos. El Feyenoord con una presión arriba asfixiante tuvo dos ocasiones de Minteh, la primera la detuvo fácil Oblak y la segunda fue un mano a mano que le taponó Giménez. Por su parte, el Atlético quería domien nar tocando atrás y buscando los espacios arriba, así llegó un tiro de Morata que dejó claro que los rojiblancos no lo iban a poner sencillo.
Aunque la mejor ocasión de la primera mitad llegó a los 12 minutos cuando Griezmann con un pase de espuela dejó sólo a Morata ante el portero, y el madrileño no acertó a marcar en el mano a mano con Bijlow. Cosas de la vida, el gol llegó dos minutos después en una jugada absurda. Marcos Llorente puso un balón al centro del área que Witsel no remató, el portero no salió a por él y el defensa no despejó. Así que la pelota le acabó dando a Geertruida y se metió en la portería. La UEFA lo dio en propia puerta aunque el mérito es de Llorente.
El gol tranquilizó el partido, y el Atlético comenzó a dominar. Griezmann en la medular se convirtió en el jugador que daba sentido al juego, mientras que Morata arriba tuvo dos ocasiones claras para marcar. Una de cabeza a pase de Riquelme y otra en un disparo que taponó Trauner. No era el día del ‘19’ colchonero.
los últimos diez minutos, el Feyenoord subió la intensidad de los duelos, y eso le permitió meter al Atlético atrás. Reclamó un penalti a Minteh, pero tanto el colegiado como el VAR determinaron que no había sido. Geertruida lo intentó de cabeza. Y por último Santi Giménez no pudo rematar un centro desde la derecha.
La segunda parte comenzó con un intercambio de golpes. Griezmann
rozó el gol con un remate ajustado al palo que sacó el cancerbero, y dos ocasiones casi consecutivas de Timber que tampoco pusieron en muchos aprietos a Oblak. Y es que los de Rotterdam tenían que reaccionar si no querían caer eliminados.
La mejor ocasión llegó tras un error de Witsel en salida de balón. Hartman le robó el balón y su centro al área no lo pudo rematar Santi Giménez, en gran parte por una gran acción del Giménez colchonero. En esos minutos fue clave para mantener el cero en la portería.
Y en ese momento llegó el 0-2. Barrios habilitó a Hermoso con un balón colgado y el central trató de prolongar con un remate de primeras que se coló por la escuadra contraria al cancerbero neerlandés. Un auténtico golazo. Aunque no lo hubiese hecho aposta.
El Feyenoord se lanzó a la desesperada y logró su premio tras un saque de esquina. Wiefer marcó de cabeza desde el punto de penalti y sin saltar, gracias a los excelentes bloqueos de los locales. Parecía que había emoción.
Pero cuatro minutos le duró la alegría porque en otra jugada a balón parado llegó el 1-3. Centro desde la izquierda de Nahuel Molina y Santi Giménez, que desvía a su propia portería. El mejicano puso la guinda negativa a un partido para olvidar, y sentenció el encuentro. Tras ese gol estuvo más cerca el 1-4 que el 2-3 ●
En el Metropolitano se jugarán el liderato del grupo ante la Lazio