El PSV puede hacer explotar el Pizjuán
GRUPO B → Con Diego Alonso acorralado, el Sevilla se juega Europa y su proyecto, con Del Nido al acecho
→ Está la cosa que arde en el Sevilla. Poco a poco los resultados han confirmado que Castro y Del Nido Carrasco se precipitaron despidiendo a Mendilibar, que había espantado el fantasma del descenso ganando una Europa League, y ahora se ven de nuevo con el agua al cuello cuando no han pasado ni dos meses. Diego Alonso está ya con la soga al cuello tras no haber ganado aún ni un solo partido a excepción de la Copa ante el modesto Quintanar. La entidad andaluza se juega mucho más que seguir en la Champions en un duelo decisivo ante el PSV. Se juega el presupuesto de la próxima campaña y mantener una plantilla top. No es ya no acceder a octavos, es que está en peligro la tercera plaza para jugar la Europa League: el Sevilla es último en un grupo en el que manda el Arsenal y Lens y PSV tienen tres puntos más.
Habrá miradas al campo y al palco. Con la Junta de Accionistas fijada el lunes y José María del Nido apretando para hacerse con el control, lo que pase este miércoles y el domingo ante el Villarreal va a marcar el futuro. Y morbo hay. Los castellonenses vienen con el estreno de Marcelino, el técnico que dio un claro “no” al Sevilla cuando echaron a Mendilibar.
El Sevilla necesita ganar para seguir con opciones. Diego Alonso, claramente a la defensiva, ha reconocido que el duelo es una final, pero no sólo para él, sino “para todos”. Otrora respetado en Europa, está en uno de sus peores momentos, más de un año sin ganar en la Champions y obligado a cambiar esa dinámica ante el escepticismo de una afición desganada que vio a su equipo naufragar de nuevo en San Sebastián.
Ahí fue expulsado Sergio Ramos y a su experiencia y liderazgo se encomienda Alonso, que no podrá contar con Badé, quien se suma a las bajas de Nyland, Suso, Lamela y Marcao. Soumaré, por su parte, es duda. El PSV llega empoderado. Los de Peter Bosz arrasan en su liga, con 13 triunfos de 13. Será el regreso a Nervión de su estrella, Luuk de Jong, repudiado en el Sevilla pese a su doblete en la final ante el Inter de 2020. Ahora mete miedo ●