Isaac y Alberto, los niños del Sevilla
→ El delantero y el guardameta han irrumpido con fuerza en el equipo de Quique Sánchez Flores
El Sevilla siempre ha presumido de su cantera. En la entrada de la ciudad deportiva hace años que luce un cartel con una leyenda orgullosa: “Aquí se forman campeones del mundo” preside un collage con las fotos de Jesús Navas, Sergio Ramos y Carlos Marchena a los que se las unido este mismo año Olga Carmona e Inma Gabarro. Pero hay muchos más talentos que todos recuerdan. Reyes, Puerta…
Y es ahora en tiempos de crisis cuando la cantera sevillista da la cara. Juanlu y Kike Salas hay están asentados en el equipo, a los que este martes se les ha unido con mucha fuerza Isaac Romero y Alberto Flores. El primero se echó al equipo a las espaldas con dos goles en 6 minutos para derrotar al Getafe y meter la bola del Sevilla en el bombo de cuartos en su segundo partido con el primer equipo. El guardameta se enteraba 15 minutos antes del encuentro que tenía que jugar ante la lesión de Dmitrovic en el calentamiento.
Ambos guardan historias de superación y de sueños. Isaac, al tener 23 años, ocupó una ficha profesional este mes de enero coincidiendo con la marcha de En-nesyri a la Copa de África. Pasó de pequeño por los escalafones inferiores, también el mal trago de volver a su pueblo, Lebrija, y tras debutar en el primer equipo del Antoniano en edad juvenil volvió a llamar la atención del Sevilla, en este caso para su tercer equipo, el C. A partir de ahí, goles y mucho trabajo. Quique Flores lo ha calificado perfectamente. “Hace lo que se le pide, si hay que correr, corre; si hay que cerrar, cierra; tiene mucha hambre y es lo que queremos”. El jugador veía cumplido “un sueño”, el sueño de cualquier niño “desde chiquitito”.
El caso de Alberto esconde una bonita historia. El hoy tercer portero (a la sombra de Dmitrovic y Nyland) era un niño cuando Palop, su ídolo, le regaló su camiseta. Estaba en la cantera y desde entonces cultivó una bella relación con el mítico guardameta de La Alcudia, que apadrinó a su pupilo.
Aquel niño cumplió una promesa y la explicó tras debutar en Getafe. “Esta camiseta (la suya), tiene una cosa que no había dicho antes. Andrés Palop me dio su camiseta y ésta, que ahora le voy a hablar, ésta es para él. Él me dio la de su último partido y ésta, que es el primero mío, va para él. Tengo contacto casi diario con él. Le estoy muy agradecido a él y a su familia. Es una pequeña historia muy bonita”, expresó el canterano ●
AMBOS FUERON PROTAGONISTAS EL PASADO martes EN EL PASE A LOS CUARTOS DE COPA