Mundo Deportivo

Sainz y Loeb, desenlace de infarto

→ Carlos pudo salvarse del desastre en un día complicado ante Loeb y hoy se la juega contra el francés en una etapa que puede ser una lotería

- Fabio Marchi

→ En el Dakar, hasta el último metro no se puede cantar victoria. Y el más claro ejemplo es lo que ocurrió ayer. Carlos salvó un día crucial en una etapa 10 que podía haberle complicado muchísimo las cosas y que estuvo a punto de dar alas a un Loeb que tras la etapa 9 parecía tocado y hundido.

El español tuvo que pararse durante 18 minutos al sufrir el tercer pinchazo del día en la segunda parte de la etapa, en el kilómetro 248 (de 371), y tuvo que esperar a que Ekström le llevara ruedas de repuesto mientras Loeb aceleraba a fondo para acercarse a 4 minutos de la general virtual de la carrera. Todo parecía torcerse para el madrileño, pero luego de ser asistido por su compañero sueco, logró salir de ese hoyo con una remontada final que puede valer medio ‘touareg’.

Justo después de los problemas que tuvo Sainz, Sébastien Loeb, que se frotaba las manos, tuvo que pararse 5 minutos en el kilómetro 300. Eso llenó de aire al español. Carlos, con un gran final, salvó un día crucial, de infarto, una montaña rusa de emociones, para acabar cediendo solo 7 minutos de los 16 que llegó a perder respecto al francés ayer.

En días como este es donde se gana el Dakar, sabiendo sufrir. Carlos salvó una ocasión de gol bajo palos para evitar el empate rival. Si Loeb hubiese rematado ayer y se hubiera colocado a 4 minutos, el final de la cita hubiese sido un duelo cara a cara a fondo entre dos de los más grandes de la historia de los rallies. Pero Carlos lo dio todo en los últimos kilómetros para encarar los dos días finales del Dakar con una ventaja de 13 minutos y 22 segundos frente a Loeb. Aunque nada está decidido.

La etapa de hoy, una locura

Quedan solo dos etapas. La de hoy, la etapa 11, de 420 kilómetros cronometra­dos. Y la última, mañana, de 175 km. Hoy, ambos se la jugarán en un terreno complicadí­simo que puede convertirs­e en una pesadilla. Imagínense jugarse el triunfo del Tour de Francia en una penúltima etapa con cientos de clavos en el asfalto. Algo parecido será lo que vivan hoy Sainz y Loeb. Ayer, ambos sufrieron de lo lindo con los pinchazos. “Muchas piedras, piedras, piedras... un pinchazo, otro pinchazo y otro pinchazo yendo despacio. ¡Ya no sabíamos qué hacer para no pin

Carlos Sainz

“Muchas piedras.

¡Ya no sabíamos qué hacer para no pinchar! Seguimos vivos gracias a Ekström, que me dejó dos ruedas. Si no, imposible”

Sébastien Loeb

“Es frustrante, somos incapaces de hacer 400 kilómetros sin pinchar dos veces. Será difícil”

char!. Seguimos vivos gracias a Ekström, que me dejó dos ruedas, si no, imposible”, dijo Sainz en TVE.

“Ha sido una pesadilla. El gato hidráulico no iba y hemos tenido que buscar un lugar donde colocarnos en alto para cambiar la rueda trasera. Es frustrante, somos incapaces de hacer 400 km sin pinchar dos veces. Será difícil”, decía Loeb. Pero hoy puede ser mucho peor. Así presenta la organizaci­ón la etapa 11: “Podría mover el orden del podio. Los pilotos de coches pueden prepararse. Podemos vaticinar que en esta especial se registrará el mayor número de pinchazos”.

El año pasado, cuando los coches pasaron por esta zona, fue una triturador­a de sueños. “Ha sido una de las etapas más duras que he hecho”, decía Sainz en la etapa 2 de la pasada edición. Él y Loeb se la juegan un terreno que es pura lotería. A favor de Carlos está tener a dos compañeros de escuderos que le ayudarán en todo. Loeb, después de que Al-attiyah abandonase para irse al preolímpic­o de tiro al plato, estará solo ante el peligro. Los pinchazos pueden decidir un Dakar ●

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Foto: a.s.o. Carlos Sainz sufrió tres pinchazos ayer en las piedras y hoy deberá ir con mucho cuidado en un terreno complejo
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