Míchel es ahora el espía espiado
→ El técnico, observado de cerca por los técnicos rivales para dar con la tecla para frenar a los catalanes
→ Muy pocos pueden cuestionar el nivel estratosférico de la temporada que está cosechando el Girona. Sin embargo, el cuadro catalán, que sólo había acumulado una derrota y dos empates en toda la primera vuelta, ha dejado de conocer la victoria en tres de los últimos cinco partidos ligueros.
Todo ello aparece sin contar la eliminación de la Copa, que se cuela en medio de estos primeros cinco encuentros disputados desde que se llegó al ecuador del torneo. Y es que los catalanes, centrados en el día a día con el sueño de jugar la próxima edición de la Champions, empiezan a ser estudiados por los rivales que sufrieron su efectividad en las citas de la ida.
Así es. Míchel, que había espiado a todos sus contrincantes con bisturí para salir victorioso de cualquier mano a mano, es espiado ahora por los demás entrenadores de Laliga. El técnico de Montilivi está recibiendo de su propia medicina en el último tercio del curso, vital para las aspiraciones y las expectativas marcadas por el nivel de sus jugadores.
Los ’gironins’, especialmente los centrocampistas, vienen a recibir el balón para arrastrar a un jugador rival y dejar al hombre libre, que debe estar ocupando un espacio. Hasta ahí todo bien. La capacidad y la calidad de la plantilla en jugadores como Yangel, Aleix, Iván Martín o tantos otros se ve reflejada con una de las tareas que más dominan a la perfección.
Aunque todo parece complicarse durante las últimas jornadas por el riesgo que toman los rivales frente a los gerundenses. Hay dos factores a tener en cuenta. El primero de ellos va de la mano de dejar espacios abultados, aunque dichos huecos van dentro de un caballo de Troya. Ni Real Madrid ni Mallorca tuvieron problema en cederles el balón, pues con el equipo catalán asumiendo riesgos aprovecharon para salir al contraataque cada vez que lograron hacerse con el cuero.
El segundo factor también va con el riesgo. Uno de los centrales rivales es el encargado de abandonar su posición para tapar al centrocampista o, incluso, a Miguel, figura que se incorpora a esa posición. Con ello se forma un gran hueco que, si decide aprovecharlo el Girona, se encuentra con una falta inmediata. Se vio frente al Mallorca y la Real Sociedad.
Visto el patio, Míchel deberá dar una vuelta más de tuerca al asunto y buscar nuevas opciones ante planteamientos que buscan frenar al equipo revelación ●
El equipo de Montilivi no ha ganado en tres de los últimos cinco partidos de Laliga