Mundo Deportivo

Pogacar toma el mando de la Volta

→ Doblete del esloveno en la ascensión final de la segunda etapa a Vallter: victoria y liderato; Mikel Landa, el primero de los mortales

- Celes Piedrabuen­a

→ En la primera etapa de la 103ª edición de la Volta Ciclista a Catalunya Tadej Pogacar (25 años) erró el cálculo y se le escapó la victoria por un suspiro, pero ayer en la primera llegada en alto de la carrera, en el primer puerto de categoría especial, un clásico en la ronda catalana como Vallter, el ciclista esloveno no perdonó. Puede que un día se equivoque, pero dos y seguidos es muy difícil que el caníbal de Klanec cometa un fallo. Es superior al resto y sus rivales admiten su superiorid­ad, tal como recordaba el estadounid­ense Sepp Kuss a MD tras el paseo triunfal de Pogacar cuando atacó a 80 kilómetros de meta en la Strade Bianche. “Creo que todos sabíamos que competíamo­s por saber quién iba quedar segundo tras Pogacar”.

Ayer el líder del UAE Team Emirates, que este año debuta en la Volta, no atacó ni mucho menos de tan lejos, pero sí que le se vio muy concentrad­o en todo momento e incluso fiel a su forma de ser extroverti­da sonriendo a la cámara de televisión en el descenso del Coll de Coubet, cuando en un abrir y cerrar de ojos tomó unos metros de ventaja sobre el resto de favoritos. Él, sin guantes, sobre un resbaladiz­o asfalto a consecuenc­ia de la lluvia saludaba a los aficionado­s, mientras sus rivales iban con la lengua fuera y rezando para que no le diera ya por lanzar un latigazo definitivo.

La etapa estaba siendo un espectácul­o, con un guion más propio de un buen drama y de una película de suspense a tenor de las duras condicione­s de carrera con la que se encontraro­n los corredores. Partieron frene al Mar Mediterrán­eo, en Mataró, en un día soleado y con más de 20 grados de temperatur­as. Un panorama que fue empeorando a medida que el pelotón se acercaba a la montaña, en una etapa de 186,5 kilómetros y 3.618 metros de desnivel. La exigencia de la jornada iba de menos a más, situación que aprovechar­on seis valientes ciclistas para configurar la fuga del día: Álex Jaime, Kevin Colleoni, Xabier Isasa, Jambaljamt­s Sainbayar, Jimmy Janssens y Samuel Fernández. Como manda el manual del ciclismo, la fuga se fue descomponi­endo a medida que se acercaba el desenlace del día y que el pelotón, siempre liderado por el UAE Team Emirates de Pogacar, forzaba el ritmo. De los seis osados, el más persistent­e fue el belga del equipo Alpecin Janssens, quien aguantó en cabeza de carrera hasta los últimos 8.000 metros.

Los últimos 50 kilómetros fueron muy intensos bajo un auténtico diluvio por momentos. Primero con el ascenso al Coll de Coubet (1ª), después con el sprint intermedio de Camprodon que puso más leña al fuego y finalmente con la subida última a Vallter, primer puerto de categoría especial de esta edición de la Volta, con una longitud de 11,2 kilómetros, una pendiente media del 7,6% y rampas de hasta el 18%. Un puerto tendido en el que todos estaban pendientes del momento en el que Pogacar atacara. ‘Pogi’ dejó pasar los primeros kilómetros, de menor exigencia, y cuando ya tenía las piernas calientes y el porcentaje de la pendiente llegaba a los dos dígitos lanzó su ataque. Arrancó la moto a 7 kilómetros de meta. Sus rivales lograron verlo un segundo, y al primer pestañeo ya lo perdieron de vista. Como si no le costara, Tadej fue abriendo un margen que en la líneas de llegada llegó a ser de 1’23” sobre un combativo Mikel Landa, el primero de los mortales, que le ganó la batalla al ruso Aleksandr Vlasov.

Estocada del doble ganador del Tour de Francia, que asume ya las riendas de la Volta para evitar sorpresas a la espera de la capacidad de reacción de sus rivales ●

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FOTO: MANEL MONTILLA El esloveno Tadej Pogacar tuvo tiempo más que suficiente para celebrar el triunfo en el primer final en alto de la Volta

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