¡El Madrid, contra todos!
→ En sus alegaciones por la amarilla a Vinicius aseguró que soporta “actos de racismo en todos los campos”
→ El Real Madrid no retrocede en su guerra sin cuartel contra todos los estamentos que rigen el fútbol español, desde los árbitros y el CTA hasta la Liga pasando por los diferentes comités que componen la Real Federación Española de Fútbol. El club presidido por Florentino Pérez ha emprendido un camino de no retorno y ha activado toda su maquinaria jurídica, mediática y propagandística contra los que considera sus enemigos o perjudican sus intereses.
En este enfrentamiento, una de las armas que está utilizando el
Real Madrid es Vinicius Junior. El extremo brasileño, tan desequilibrante como polémico, está siendo protagonista desde la temporada por su fútbol, por los insultos que recibe (varios de ellos de índole racista) y por su actitud provocadora y chulesca contra rivales, aficiones y árbitros.
Tras el partido contra Osasuna, en el que Vinicius marcó dos goles y fue amonestado por protestar, el Madrid denunció a Martínez Munuera porque hizo una “redacción negligente del acta” por “omitir, de forma voluntaria y deliberada, los insultos y gritos vejatorios” contra Vinicius,
El CTA respondió defendiendo al colegiado valenciano y el Madrid, en su recurso a Competición para que le retiren esa quinta amarilla a Vinicius (se pierde el duelo contra el Athletic), justifica esa amonestación por los insultos recibidos. “El Club alegante señala que el jugador amonestado viene soportando de modo habitual actos de racismo, odio e intolerancia en todos los campos de fútbol que visita el Real Madrid, afirmando asimismo que viene siendo habitual la absoluta pasividad del colectivo arbitral y de la propia Federación”, dice la Federación en su página web.
Las alegaciones del Madrid no se quedan ahí ya que el club blanco afirma que “dicha desprotección y pasividad se evidencia en las reiteradas denuncias que esta parte ha tenido que interponer ante la Fiscalía ante hechos que se repiten partido tras partido, sin que los árbitros dejen consignado los actos violentos, xenófobos y racistas en las actas de los partidos, blanqueándolos”, manifiesta el Madrid. “La actitud del jugador con el árbitro no es más que fruto de la frustración e indefensión al comprobar la evidente pasividad del árbitro respecto de los cánticos que se estaban profiriendo contra su persona, actitud que, en ese momento, y dada la situación previa, se encontraba viciada por la evidente situación de odio que acababa de sufrir y por la nula proactividad del árbitro de castigarla”, prosigue el Madrid.
Competición desestimó el recurso afirmando que “todo jugador profesional conoce, o debería conocer, el resultado de protestar al árbitro, pues la misma esta tipificada como infracción, en diversos grados, precisamente para proteger la difícil labor que tiene que desarrollar el colegiado ●