El victimismo de un Barça perseguido por los árbitros
Alex Abrines, después de perder ante el Panathinaikos tan solo 48 horas después de caer ante el Fenerbahçe, se despachó a gusto contra los arbitrajes que el Barça está sufriendo en la Euroliga. El capitán del equipo, siempre elegante dentro y fuera de la pista, explotó en Atenas y rajó contra los árbitros: “No nos tienen respeto, estamos hartos”. Ciertamente, venían de recibir dos arbitrajes muy caseros, típicos de la Euroliga. El último cuarto en Estambul, cuando el Barça podía culminar su remontada, empezó con una técnica a Grimau y terminó con una antideportiva a Kalinic. En Atenas todo iba normal hasta que el enloquecido Ataman, como en él es habitual, se ganó una técnica por sus airadas protestas. Mereció más castigo y, sin embargo, logró que la tripleta de gris permitiese una defensa griega más allá de los límites y penalizase cualquier contacto de los azulgranas. Pero, más allá de los del pito, el Barça estuvo muy mal en la primera parte ante Fenerbahçe y rematadamente mal en la segunda en Atenas. No valen excusas para tres derrotas en los últimos cuatro partidos europeos.
En fútbol sala, el equipo gana la Copa de España a Elpozo de Murcia en los penaltis y el director deportivo del equipo, Jordi Torras , se suelta en la tele hablando del surrealista arbitraje: “Es una puta vergüenza, estoy cabreado”. Pues vale. Nadie entendió la expulsión de Pito, ni que no quisieran comprobar en el VAR que no era mano, pero al Barça no le corresponde este papelón.
El victimismo ya era historia y, entre Xavi y Laporta, se está alimentando el relato de la persecución. Las del femenino, el balonmano y el hockey patines, juegan, son los mejores y ganan casi siempre. Y no lloran ●