Cristhian representará la aventura europea
→ El Girona volvió a bailar bajo la lluvia para mirar de refilón a la Champions
→ Como si se tratara de un largo y viejo pergamino, el Girona tiene una larga lista de motivos para nombrar a Stuani como mejor jugador de la historia del club. Aunque en ese mismo papel enrollado, descendiendo por una larga trayectoria de goles y éxitos en la que ya es su casa, aparece el día en que acercó aún más a la Champions en el descuento a falta de ocho jornadas.
Contra el Betis, con el público empapado y con cientos de paraguas salpicando a los presentes en una gran fiesta que dio tres puntos más que válidos a los de Míchel. Fue precisamente el técnico vallecano quien confirmó que Cristhian Stuani llevará, porque casi es matemático, el brazalete en el estreno del Girona en competición europea.
Y es que la afición ya no firma otra cosa que no sea escuchar esa melodía de los martes y los miércoles. No piensan en la Europa League, menos en la Conference. Este Girona quiere sellar cuanto antes un objetivo que se puso en duda desde que el bajón llegó con cuatro derrotas en los últimos seis partidos. Aunque el míster, que siempre confió en sus hombres, sigue disfrutando de un grupo que juega sin temer a nada, mirando a la cara y poniendo contra las cuerdas a cualquier equipo que visite Montilivi.
La lluvia dejó a su paso resbalones, algunas imprecisiones, incomodidad y errores cruciales que pusieron en peligro el ansiado premio de los tres puntos. Pero si algo ha demostrado el feudo catalán, es
Míchel confirmó que Stuani llevará el brazalete en el estreno en Europa
que sumar en condición de visitante supone mostrar un nivel que roce la perfección, más si los pistoleros ‘blanc-i-vermells’ están enchufados. Artem Dovbyk y Cristhian Stuani, máximo goleador de la competición y hombre al que se le caen los goles de los bolsillos aunque salga en los últimos diez minutos, se ganaron el derecho a decidir sobre el destino que muy pronto ocupará al Girona.
La alegría hizo vibrar chubasqueros, paraguas y cualquier ropaje que cubriera a los presentes de unos chubascos incesantes. El club, la plantilla y su afición volvieron a bailar bajo la lluvia en una temporada histórica ●
Con la Champions tan cerca, los ‘gironins’ ya no piensan ni en la Europa League