Mundo Deportivo

Con Muhammad Alí como referente

El marbellí Ayoub Ghadfa, reclutado para el equipo nacional por Rafa Lozano, se proclamó campeón de Europa

- Celes Piedrabuen­a

→ De Marbella al cielo, pero con mucho sacrificio detrás. El marbellí Ayoub Ghadfa Drissi (25 años), de padres marroquíes, abrazó la gloria este domingo al proclamars­e campeón de Europa en Belgrado del peso superpesad­o derrotando por KO al héroe local Dusan Veletic. Una victoria que recompensa­ba los muchos esfuerzos de su familia y de él mismo y que venía a corroborar la línea ascendente de su boxeo, que ya le ha llevado con anteriorid­ad a ser medallista de plata en el Europeo de 2022 y de bronce en el Campeonato del Mundo de 2023, y cuya próxima parada es el Preolímpic­o de Bangkok de finales de mayo, en el que buscará ganarse la plaza olímpica para los Juegos de París de este verano.

La suya es una historia de superviven­cia, de abrirse camino a base de sufrir en sus carnes racismo y bullying cuando era un niño. Sus raíces y su físico, grande y rellenito, no le ayudaron en nada, e incluso sus compañeros de colegio le llegaron a amenazar con un cúter, de ahí que su padre le apuntara a kickboxing para que supiera defenderse bien. Para que se hiciera respetar, pero pasados unos años él no guarda rencor y cuando se le pregunta por estas historias asegura que cuando se cruza con aquellos niños crueles que castigaron su autoestima un día sí y otro también, saluda como si no hubiera pasado nada y no se lleva mal. Ese detalle ya dice mucho de él, de un chico que no se ha cansado de perseguir su sueño y eso que el día que fue ‘reclutado’ para la causa de la Federación Española de Boxeo perdió su combate de cuartos de final del Campeonato de España de 2017.

Pero tuvo la suerte Ayoub Ghadfa que entre el público se encontraba el ex boxeador y entrenador Rafa Lozano. Tenía 18 años y llevaba ya cuatro o cinco combates marcados en sus guantes, y por aquel entonces ya estudiaba Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universida­d Politécnic­a de Madrid, de las que ya se graduó. ‘El Balita’ se acercó a la mesa en la que estaba comiendo junto a su descubrido­r José Valenciano, con quien entrenaba en su gimnasio de Argüelles, en Madrid, y le dijo que fuera un día a probar en la Blume,

Estudia y se graduó en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

En el colegio fue objeto de racismo y bullying por su físico y su origen marroquí

que se acercara al CAR de Madrid, que le gustaba y que le veía maneras; por más que en sus inicios y a causa de alguna que otra derrota se le acusaba de tener poca mandíbula, lo que le llevó a perder algunos combates antes del límite.

Rafa quedó sorprendid­o del portento físico de Ayoub Ghadfa, un tipo de boxeador que no se estila en España por su tamaño y pesaje, categoría superpesad­o. Le gustó su forma de moverse en el ring, su altura, sus manos y su forma de entender el boxeo de un gran admirador de Muhammad Ali, que además de pegar muy duro, tiene la cabeza bien amueblada.

Musulmán convencido, Ayoub sueña ahora con disputar los Juegos Olímpicos de París, una meta que compensarí­a tantos años de lucha y que viendo ya su palmarés podría ser sinónimo de medalla. “Hemos llegado hasta aquí y no pienso conformarm­e. El objetivo está puesto en los JJ.OO. de París 2024 y pienso dejarme la piel para llegar hasta ahí, y en las mejores condicione­s posibles”, asegura ●

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FOTO: FEDBOXEO El marbellí sonríe con la medalla de oro en el reciente Europeo de Belgrado

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