DEBERES HECHOS
→ El Barça derrotó sin apuros al rival más difícil que le quedaba y acaricia el subcampeonato → Lamine Yamal marcó en un tramo arrollador y Raphinha sentenció de penalti
→ Final feliz para el Barcelona en el compromiso que, aparentemente, presentaba más dificultades en este sprint final liguero para amarrar el segundo puesto. Derrotó a una Real Sociedad pulcra que lo fió todo al control del juego para llegar viva al tramo final. Cuando quiso apretar el acelerador, no pudo remontar el gran gol que Lamine Yamal había marcado en la primera parte. Raphinha, de penalti, sentenció en el descuento, una jugada polémica por cuanto el VAR tardó tres minutos en avisar al árbitro de la clara mano de Odriozola. El Barça no ha desperdiciado la oportunidad y acaricia el subcampeonato después de ganar, sobre todo, con mucho oficio y eficacia.
La Real apostó por protegerse a través de la posesión y llegó al tramo final del partido con opciones. El conjunto barcelonista se había avanzado en cinco minutos finales del primer tiempo intensos y eficaces, pero durante muchos minutos la Real mimó el balón a la espera de su momento. Ese momento no acabó de llegar. El Barça, sin Araujo, se mantuvo firme siempre en defensa y tuvo en Lamine Yamal y Raphinha sus dos putas de lanza.
Al Barça la Real le cambió el orden de ataque: al Gol Nord en el primer tiempo y al Gol Sud en el segundo. Quería incomodar desde el sorteo de campos, prueba de que los donostiarras conocían bien las costumbres de su rival. Igualmente, habían preparado bien el choque y se vio desde el primer minuto.
Christensen era muy vigilado en cada córner. Estaba avisada la Real después del gol que el danés marcó en el Bernabéu. Parece muy lejano ya ese gol, pero apenas han transcurrido tres semanas y dos días. El danés estuvo marcado y muy presionado en el inicio del juegon, sabiendo la Real que no es el más pulcro.
Otra muestra de preparación concienzuda del partido fue la propia alineación de la Real, que salió con tres centrales, algo muy poco habitual. Los tres centrocampistas de la Real, Merino, Turrientes y Brais, movían con soltura el balón e iniciaban las jugadas apoyándose en los defensas o incluso en el meta Remiro sin complejos.
Más profunda que el Barça en los primeros minutos, la Real se las ingenió para inquietar a Ter Stegen pese a que estaban en inferioridad numérica de medio campo hacia delante. Avisó Becker rematando una larga jugada colectiva. Y, más adelante, el propio Becker obligó a Ter Stegen a ganarle un uno contra uno tras robar la cartera a Cubarsí, aunque el árbitro pitó falta sobre el joven central. Y, poco después, un pase largo dejó solo al mismo Becker, que corrió hacia Ter Stegen y marcó, pero Iñigo Martínez le había dejado en fuera de juego muy hábilmente. La Real no pasaba apuros cuando iniciaba el juego, bien situado y sin dejar espacios atrás. Pero, en el momento en que avanzó líneas y perdió algún balón, el Barcelona se despertó y explotó los espacios tras la defensa.
El conjunto azulgrana tenía dificultades para superar el entramado realista y lo intentaba por las bandas, con Lamine, que superó a su par y combinó con Gündogan antes de que Pacheco evitase con la punta de su bota su remate, y Raphinha, que sentó a Traoré pero acabó pasando mal.
No falla Lamine Yamal
No decayó en sus intentos Raphinha, que chutó al palo tras una gran acción de Gündogan, que encontró a Pedri. El canario la dejó, por el centro y de cara, para Raphinha, que lanzó un gran remate al palo. El Barça se puso en marcha cuando Gündogan se activó.
Otra vez el alemán fue decisivo en el 1-0. La jugada la inició Lewandowski, muy trabajador, en la media, y lanzó un pase a Gündogan que rompió a la zaga donostiarra. El germano controló y habilitó a Lamine Yamal, que en vertical no perdonó y logró el 1-0. El Barcelona se había activado en cinco minutos arrolladores.
Tras quedar en desventaja, se esperaba una reacción de la Real, pero mantuvo la misma estructura, con un Barça en el que seguían rompiendo Lamine Yamal y Raphinha, que obligó a Remiro a volar a a escuadra para evitar el 2-0.
Todo indicaba un control del Barcelona sin demasiados problemas cuando una pérdida de Gündogan dejó a Brais en la frontal. Amagó y remató un balón qu se marchó besando el poste cuando se mascaba el gol. Ahí despertó la Real, que volvió a su 4-3-3.
Intentó Kubo sorprender a Ter Stegen en su primer balón y lo mismo hizo en la otra portería Ferran. Zakharyan, también recién salido, chutó una falta que detuvo Ter Stegen. El tramo final se había convertido en un intercambio de golpes, cuando una mano en el área de la Real hizo que, tres minutos después, Cuadra Fernández pitase penalti. Raphinha tuvo su premio ●