Ramón Serrano Súñer, el “Cuñadísimo”
Era un abogado del Estado elegante y culto, de padres catalanes, predestinado a que en él confluyeran las vertientes del fascismo español. Durante su carrera, frecuentó y cultivó la amistad de un condiscípulo llamado José Antonio Primo de Rivera (amistad que duró hasta la muerte de este último, del que fue su albacea). Tiempo después, destinado en Zaragoza, conoció a Zita Polo (hermana de Carmen Polo), con la cual se casó en 1932. En aquella boda, Serrano presentó a su amigo José Antonio a su cuñado Francisco. Por supuesto, cuando se produjo el alzamiento, Serrano se convirtió en un elemento esencial de enlace y, como era listo y discreto, subió hasta lo más alto. Paso a ser el Cuñadísimo, un personaje al que algunos sectores franquistas veían con prevención, temiendo que, dada su declarada germanofilia, hiciera del Régimen una sucursal del Reich. Corrían sobre él muchas coplillas. Con motivo de su presencia al frente de una procesión sevillana, se cantaba: Mírale por donde viene, / el Señor del Gran Poder: / antes se llamaba Cristo / y ahora Serrano Suñer. En cambio, en el ámbito militar la copla era: Hay tres cosas en España / que no aguanta mi conciencia: / los carlistas, la Falange / y el “cuñao” de Su Excelencia. Retrato al óleo de Serrano Súñer (1901-2003), el influyente cuñado y ministro de Franco, por Zuloaga.