RESCATE Un Escuadrón perdido en la nieve
Era mayo de 1942 y los aliados habían puesto en marcha la Operación Bolero, que consistió en la agrupación de tropas y material en Gran Bretaña como movimiento previo a una acción militar de mayor envergadura para la invasión de Europa a través del Canal de la Mancha. A su vez, esta misión formaba parte de la Operación Roundup, un claro antecedente en el diseño de lo que más tarde sería el desembarco de Normandía (Operación Overlord). Un mes después, se comenzaron a realizar los primeros vuelos que llevaban artefactos desde Estados Unidos hasta Gran Bretaña –vía Groenlandia–; es en ese contexto cuando arranca la aventura del llamado “Escuadrón perdido”. Seis aviones partieron como escolta de dos bombarderos desde la base americana de Presque Isle (Maine) hacia el Viejo Continente.
Todas las etapas en las que se dividía el vuelo eran imprescindibles para poder reabastecer de combustible a los aviones. Pero, cuando se dirigían a la base de Groenlandia, donde debían hacer escala, el mal tiempo y la escasa visibilidad provocaron que no llegasen a su destino, a tan solo dos horas de vuelo.
Veinticinco hombres sobrevivieron a los aterrizajes forzosos a los que se vieron obligados sobre el hielo de Groenlandia, y su primera tarea fue acondicionar el espacio para poder pasar los días de espera hasta que los rescatasen y racionar la comida para sobrevivir unos quince días. Tuvieron que esperar nueve días a la llegada de un grupo de rescate, que pudo alcanzar su posición gracias a los trineos tirados por perros y a los aviones que sobrevolaban la zona para guiarlos hasta el lugar del accidente. Tras rescatarlos, comenzó una dura travesía hasta la costa, donde un guardacostas los recogió, y quedaron a la espera de una próxima misión.
En 1992, una expedición recuperó uno de los aviones enterrados en el hielo: un P-38, que fue restaurado e incluso ha vuelto a volar.