Operaciones fraca sadas
AMBOS BANDOS TUVIERON FIASCO SALO LARGO DE LA CONTIENDA. AQUÍ SE RECOGEN ALGUNAS DE ESAS MISIONES FRUSTRADAS.
Entre los errores de cálculo más sonados de los aliados se cuentan dos hundimientos de barcos británicos. Cuando Churchill dio la orden de trasladar a Singapur el crucero HMSRepulse y el acorazado HMS Prince of Wales, su buque insignia, estaba convencido de que su sola presencia allí disuadiría a los japoneses de atacar territorios británicos de ultramar en el sudeste asiático. Pronto se demostraría que erró en sus cálculos.
Ambas embarcaciones atracaron en Singapur, formando parte de la fuerza Z, el 2 de diciembre de 1941, y el 10, tres días después del ataque a Pearl Harbor, fueron bombardeados y torpedeados por los japoneses. Tanto el Prince of
Wales, orgullo de la Royal Navy al que apodaban Unsinkable (“Insumergible”), como el Repulse terminaron en el fondo del océano, en el que también perdieron la vida unos 840 marineros.
Probablemente, la equivocación fue presentarse en Singapur sin un plan de acción, sólo para mostrar su supuesta superioridad. La medida disuasoria no sólo no frenó las ambiciones expansivas de Tokio, sino que marcó el final del largo poderío marítimo británico. Churchill reconocería: “Fue el impacto más terrible que recibí en toda la guerra”. Y fue también un duro golpe a la moral de británicos y estadounidenses, que iniciaban la guerra en el Pacífico sin un buque capital.
SEÑAL DE AVISO TARDÍA. Otro hundimiento imperdonable fue el del portaaviones HMS Glorious. El 8 de junio de 1940 se encontraba en aguas noruegas, junto a los destructores
Ardent y Acasta, evacuando aviones. Pese a detectar dos buques sin identificar, no se ordenó zafarrancho de combate y, cuando los ingleses se dieron cuenta de la magnitud del peligro, enviaron un SOS que resultó débil, lo que llevó a que se detectase media hora más tarde sin poder averiguarse ni su identificación ni su posición.