KÁMENEV, la mano derecha de Lenin
Fue uno de los pilares de la Revolución, pero acabó devorado por el monstruo que él mismo había creado. Su trágico destino es, de hecho, un compendio de los peores horrores del régimen soviético y la evidencia de sus aparatosas disfunciones. Natural de Moscú, donde nació el 18 de julio de 1883, Lev Kámenev, como muchos otros líderes del movimiento revolucionario, pertenecía a una familia acomodada de clase media. Sus padres eran activistas políticos y Lev siguió desde joven su ejemplo. Ingresó en el Partido Obrero Socialdemócrata con 18 años y se decantó por la facción blochevique, a la que se adscribió desde 1903. Fundamental en su proceso de formación fue su viaje a Europa en 1908, donde coincidió con Lenin y su ardor revolucionario explotó definitivamente.
DISCÍPULO AVENTAJADO.
Fue entonces cuando conoció a Olga Bronshtein, hermana de Trotski, que habría de convertirse en su esposa poco antes de emprender el camino de regreso a Rusia en 1914 por expreso deseo de Lenin, de quien se había convertido en discípulo aventajado. Uno de los principales cometidos de Kámenev debía ser liderar la oposición bolchevique a la participación rusa en la I Guerra Mundial, pero, en el momento de dirigirse a la Duma a la cabeza de sus camaradas para defender su postura, fue detenido y enviado al exilio en Siberia. Cumplió sus tres años de condena y regresó a la capital en 1917, poco después de la Revolución de Febrero, con el país inmerso en el caos y el desconcierto. Kámenev dio un paso al frente haciéndose cargo, mano a mano con Stalin, de la dirección de los bolcheviques en Petrogrado. Dadas las circunstancias, ofreció un apoyo condicional y con muchas reservas al nuevo gobierno provisional, pero fue desautorizado por Lenin a su llegada a Rusia en abril de 1917. Desde entonces Kámenev encarnó los ideales moderados del bolchevismo, discutiendo incluso el plan de Lenin de hacerse con el poder derrocando al gobierno. A pesar de todo, formó parte del primer Politburó y fue presidente del Comité Ejecutivo Central del Congreso de los Soviets de Todas las Rusias. A medida que se deterioraba la salud de Lenin, Kámenev era uno de los mejor posicionados para sucederle.
VÍCTIMA DE LAS PURGAS.
Finalmente hubo de encajar en el delicado equilibrio de un fugaz triunvirato, formado por Stalin, Zinóviev y él mismo. Entre los tres derribaron a Trotski, pero Stalin era insaciable y acto seguido comenzó a maniobrar para deshacerse de sus dos incómodos camaradas. En 1934, Serguéi Kírov, uno de los líderes del partido, fue asesinado. Kámenev y Zinóviev fueron acusados sin prueba alguna del crimen en uno de los primeros procesos de la Gran Purga. Kámenev ofreció al tribunal una falsa confesión con el único propósito de salvar a su familia. El 24 de agosto de 1936 murió ejecutado. El acérrimo enemigo de Stalin había caído finalmente.