SABOTAJE PARA HUNDIR LA PESETA
En abril de 1938, el jefe del SIPM, José Ungría, y los responsables económicos del gobierno de Burgos diseñaron un plan para devaluar la peseta de la República, ahogarla financieramente y dificultar con ello la compra de suministros en el extranjero. Desde agosto de ese año, y mientras aún tenía una cierta capacidad de cotización, se inundó el mercado internacional con la moneda republicana incautada para convertirla en divisas ( plata) y financiar a los servicios de espionaje, tanto en el extranjero como a la quinta columna y a los agentes del SIPM que actuaban tras las filas enemigas. De paso se conseguía depreciar su valor, lo que reducía la capacidad adquisitiva de la República. La operación fue un éxito, lo que, junto a la negativa evolución de la guerra para el gobierno de Negrín, provocó que a finales de ese año el valor de la moneda fuese casi nulo. Parece que se emplearon en total 31 millones de pesetas en el plan y que este contribuyó al colapso económico republicano.