LA QUINTA DEL BIBERÓN
Así se llamó a los jóvenes soldados de las levas republicanas de 1938 y principios de 1939. Solo la desesperación por la inminente derrota – las tropas franquistas se estaban haciendo con el control de los últimos focos de resistencia de la República– explica que alguien generalmente cabal como el presidente Manuel Azaña ordenase movilizar a los nacidos en 1920 – y hasta a algunos “cosecha de 1921”; por tanto, de solo 17 años–, provocando con ello la famosa e indignada frase de Federica Montseny que sirvió para bautizarlos: “¿ 17 años? ¡ Pero si todavía deben tomar el biberón!”.
En total, fueron llamados a filas unos 30.000 muchachos; alguno tan conocido más tarde como el historietista Jesús Blasco. Aunque destinados en principio a tareas auxiliares, desde julio del 38 participaron en los feroces combates de la batalla del Ebro y de la ofensiva de Cataluña, y bastantes serían enviados al batallón alpino, en los Pirineos leridanos. Acabada la guerra, corrieron suertes dispares: si bien muchos quedaron exonerados por el régimen franquista, otros marcharon al exilio o dieron con sus huesos en cárceles y campos de concentración.