La fortuna de Juan March
ESTABLECIDA LA II REPÚBLICA se inició una investigación sobre las supuestas actividades irregulares del banquero Juan March (1880-1962). En 1931, el ministro de Hacienda Jaime Carner (1867-1934) pronunció una frase sobre el millonario mallorquín por la que se hizo famoso: “O la República somete a March, o March someterá a la República”. Pero los libros de cuentas de March ardieron de forma misteriosa. Aún así fue encarcelado en junio de 1932 en una prisión madrileña acusado de llevar a cabo actividades económicas irregulares. En 1933 fue trasladado a la cárcel de Alcalá de Henares, de la que se fugó sobornando al oficial de guardia. Tras salir de la cárcel, March llegó a Gibraltar y de allí se trasladó a París, donde la evasión alcanzó tintes sensacionalistas, porque a su llegada a la capital de Francia convocó una rueda de prensa para razonar las acusaciones y las motivaciones ocultas.
Tres años después participó en diversas entrevistas celebradas en Biarritz, cuyo objetivo principal era negociar la financiación inicial del golpe que dio origen a la Guerra Civil. En ellas también se trataba de asegurar el futuro de los implicados en caso de que la sublevación no prosperase.
En definitiva, March fue uno de los principales financieros de la sublevación de 1936, pues puso a disposición de los sublevados 600 millones de pesetas. De hecho, fue quien pagó el alquiler del Dragon Rapide, el avión que trasladó al general Franco desde Canarias a Marruecos, a fin de tomar el mando del Ejército de África. Mediante su influencia, los sublevados obtuvieron el apoyo de muchos indecisos.