FALLIDO GOLPE DE ESTADO
La crisis del 29 incrementó la desconfianza de buena parte de la población en la democracia liberal. Influida por las ideas radicales de algunos intelectuales alemanes entusiastas del nazismo, la extrema derecha dio un paso al frente detrás de la figura de Ikki Kita, máximo puntal del ultranacionalismo entre los intelectuales nipones. Sus tesis atrajeron a un buen número de jóvenes oficiales del ejército decepcionados con la democracia, y así, apoyados en las ideas y el liderazgo moral de Ikki Kita, un grupo de estos oficiales exaltados perpetró un golpe de Estado reaccionario en 1936, muestra clara de la inminente descomposición del régimen. La conspiración fue desmantelada e Ikki Kita fue ejecutado, pero la enfermedad ultranacionalista de la sociedad nipona era ya incurable.