LA QUIMERA DEL BLOQUE LATINO
El más remoto –y fallido– antecedente del Eje fue, una vez más, una ocurrencia mussoliniana. En 1927, el prócer fascista lanzó la idea de lo que convino en llamar Blocco Latino (Bloque Latino); esto es, una alianza política de Italia, Francia, España y Portugal basada en la civilización “latina” y los vínculos culturales y religiosos entre estas cuatro naciones. Hay que tener en cuenta que, si bien con matices diferenciados, en todas había en aquellos momentos gobiernos de marcado carácter reaccionario: al Estado fascista italiano se sumaban el gabinete ultraderechista de Pierre Laval (Francia), la dictadura de Primo de Rivera (España) y el gobierno militar del Estado Novo en el que ya participaba Salazar (Portugal).
El proyecto fue debatido y abandonado hasta que, ya iniciada la guerra en 1940, resurgió con el beneplácito de Hitler, que veía en dicho Bloque una oportunidad de sumar nuevos apoyos. Se produjeron así varias entrevistas de Mussolini con Franco y Pétain, pero el curso de los acontecimientos bélicos llevó al descarte definitivo de la propuesta.