LA “LISTA DE LA COMPRA” DE FRANCO
Con este gracioso nombre califica el hispanista Paul Preston el pliego de exigencias que el Generalísimo presentó a su homólogo alemán para considerar la entrada de España en la Segunda Guerra Mundial. Y es que realmente se trata de demandas muy minuciosamente cuantificadas. A saber: 400.000 toneladas de gasolina, 600- 700.000 toneladas de trigo, 200.000 toneladas de carbón, 100.000 toneladas de diésel, 200.000 toneladas de petróleo y cantidades análogas de otras materias primas como algodón, caucho, pasta de madera, cáñamo, yute, etc. También le pedía armamento de todo tipo y, en el aspecto territorial, la devolución de Gibraltar y la cesión del Marruecos francés, de una parte de la Argelia francesa y del Camerún francés, que pasaría a unirse a la colonia española de Guinea. Hitler no entró en la “letra pequeña” de tan desorbitado precontrato, pero sus emisarios le recordarían más tarde a Franco que, “sin la ayuda del Führer y el Duce, hoy no habría España nacional ni Caudillo”. De este modo, la lista de la compra por la que se hubiera vendido nuestra soberanía quedó, finalmente, sin efecto.