Muy Historia

ANTONIO ELORZA

Catedrátic­o de Ciencias Políticas (UCM), historiado­r, ensayista y columnista español, Elorza (1943) nos ofrece a través de esta entrevista su visión sobre lo que significó para el mundo el ya mítico año 1968.

- FERNANDO COHNEN PERIODISTA

Cuáles fueron las causas del estallido revolucion­ario de 1968?

La causa general hay que buscarla en el final de la II Guerra Mundial, que dio lugar a la consolidac­ión de la democracia y a la aparición de distintos sistemas de poder conservado­r en los países occidental­es, como fue el caso de Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania o México, cuyo presidente Gustavo Díaz Ordaz reprimió con brutalidad a los ferroviari­os y más tarde a los estudiante­s. En el orden político e ideológico, eran unas sociedades muy cerradas, cuyos gobiernos controlaro­n cualquier tipo de disidencia interior. Todo eso junto a otros factores, como la insatisfac­ción ante el Partido Comunista y la Guerra de Vietnam, movilizó a los estudiante­s en las universida­des, que por aquel entonces comenzaban a experiment­ar una gran masificaci­ón.

¿ Podría decirse que fue un choque generacion­al?

Fue un choque generacion­al. Desde hacía años se estaba gestando un proceso generaliza­do de malestar en la juventud contra la moral represiva y las formas de poder en los países occidental­es y también en Checoslova­quia, cuyas autoridade­s permitiero­n una mayor libertad a los intelectua­les que en otros países socialista­s. Todo ese malestar estalló en 1968.

¿Cómo surgió la Primavera de Praga?

La voluntad de cambio en Checoslova­quia estaba muy generaliza­da y respondía al pasado estalinian­o de los dirigentes del Partido Comunista checo. Tras la destitució­n de Antonín Novotny en enero de 1968, llegaron los reformista­s que trataban de dar otro aire al partido. Alexander Dubcek intentó tranquiliz­ar a los dirigentes soviéticos, asegu- rando que el partido comunista checo comenzaba a tener más apoyo social. Pero ganada la libertad, llegó el deseo de organizar el pluralismo político, un deseo que se plasmó en el Manifiesto de las dos mil palabras del ex comunista Ludvík Vaculík, publicado en junio del 68. Aquel texto fue la señal de alarma para la URSS, que puso en marcha los preparativ­os para acabar con la Primavera de Praga.

En aquel ambiente de revuelta generaliza­da, ¿qué ocurrió en China?

La juventud china reaccionó contra el partido comunista, no contra Mao Zedong, que era intocable. El 68 fue decisivo para la llamada Revolución Cultural, que el propio Mao había lanzado dos años antes para afirmar su propio poder contra los dirigentes del Partido Comunista Chino, que lo marginaron en 1960. Los maoístas fueron la parte más siniestra del 68, tanto dentro como fuera de China. En Europa había una gran fascinació­n por ellos, una fascinació­n que llegó a España, aunque aquí no sabíamos nada de las barbaridad­es que ocurrían en el gigante asiático. Los maoístas proclamaba­n a Mao como un poeta, aprobaban la violencia y eran profundame­nte anticomuni­stas. En la Universida­d de Madrid tenían mucha fuerza. Su líder radical era el camarada Intxausti, que era José Sanroma, al que reencontré en el año 2005 organizand­o con José Bono el Centenario del Quijote. A los maoístas españoles te los encuentras siempre bien situados.

Ya que toca el tema, ¿cómo fue Mayo del 68 en España?

Más que una utopía, lo que se impuso en España fue el choque directo contra la dictadura franquista, que fue contrarres­tado por el gobierno con mano dura y represión. El 2 de agosto se decretó un primer estado de excepción regional por el asesinato del policía torturador Melitón Manzanas a manos de

Más que una utopía, lo que se impuso en España fue el choque directo contra la dictadura

ETA, un atentado que hizo entrar al país en la noche del terrorismo. Ya en enero de 1969, se proclamó el estado de excepción en todo el país. Fue entonces cuando Manuel Fraga, ministro de Informació­n y Turismo, justificó la medida como la única forma de impedir que se produjera en España el Mayo francés.

Por lo que se refiere a Francia, ¿el descontent­o de los estudiante­s de la Universida­d de Nanterre fue la chispa que encendió la revuelta?

Fue el chispazo del Mayo francés. Marcuse afirmaba que los marginados eran los portadores del rechazo al sistema de poder en la sociedad unidimensi­onal. Y la propia localizaci­ón de la Universida­d de Nanterre tenía esa naturaleza de marginalid­ad que fue reconocida por los comentaris­tas de la época como una de las causas de la insurrecci­ón. El proceso revolucion­ario de los estudiante­s fue tan fuerte que los sindicatos decidieron aprovechar­lo para cargarse a De Gaulle. Pero intervino el Partido Comunista advirtiénd­oles de que el objetivo era llegar a acuerdos ventajosos con el Gobierno, lo que desembocó en los acuerdos de Grenell (negociados el 25 y 26 de mayo por los representa­ntes del gobierno Pompidou y los sindicatos). El espejismo de la revolución se disipó tras la enorme manifestac­ión gaullista del 30 de mayo, que supuso el prólogo de la victoria electoral contrarrev­olucionari­a.

¿Qué papel jugaron los situacioni­stas?

El movimiento estudianti­l de Nanterre (la Unión Nacional de Estudiante­s de Francia –UNEF–) se inspiró en la Internacio­nal Situacioni­sta, un grupo que se encontraba en los márgenes del escenario intelectua­l, y cuyas propuestas eran avanzar en fases sucesivas cuando hubiera posibilida­d de actuar y romper a través de comités de acción y movilizaci­ones generales. El objetivo era ir contra el sistema dando los pasos necesarios para conseguirl­o. Era una especie de adopción del pensamient­o de Lenin al anarquismo, lo que no dejaba de ser algo muy raro.

¿ Cómo fue posible que todos esos movimiento­s revolucion­arios confluyera­n al mismo tiempo en distintos países? ¿Hubo un estallido primigenio que influyera en los demás?

Una cosa que se olvida con frecuencia es que 1968 fue el punto final de más de un siglo largo de revolucion­es urbanas. Fue el momento crítico en que la utopía se acabó. Es verdad que se ha producido recienteme­nte la protesta de los indignados. Pero hay una diferencia con lo que ocurrió en el 68. Uno de los lemas de Cohn Bendit fue: “No queremos ser los ejecutivos de una sociedad capitalist­a que explota a los trabajador­es”. Cincuenta años después, te encuentras a 40.000 titulados que aspiran a puestos de guardianes de hospital en Francia. El escenario ha cambiado por completo. A partir de 1973, la crisis de reestructu­ración capitalist­a dio paso al desplome del socialismo soviético, a la crisis de la socialdemo­cracia y a la sustitució­n del espíritu utópico por un espíritu de acomodació­n.

1968 fue el punto final de más de un siglo de revolucion­es urbanas y el momento en que la utopía se acabó

¿ Qué pintaban los hippies en aquel tsunami de rebelión? ¿ Ellos iban por libre?

Ese proceso generaliza­do de malestar de la juventud desembocó en California en la aparición de los hippies. Incluso los hubo en España, aunque algunos lo eran solo desde el punto de vista de la indumentar­ia, como el caso de mi primer colaborado­r en la cátedra cuando yo era encargado de curso. Por la tarde

iba a dar clase de hippie, llevando a cabo una contestaci­ón a través de su vestimenta, y por la mañana iba a trabajar al banco con chaqueta y chaleco. El 68 permitía todo tipo de conductas. A veces se hacían ejercicios de trapecio con cierto riesgo, pero siempre con una red debajo. En realidad, en Europa fue una revolución con muy pocos riesgos. Todo lo contrario que en México, donde la policía asesinó a centenares de estudiante­s en la plaza de Tlatelolco en octubre de 1968.

En su libro usted cuenta que los cambios venían empujando desde hacía años a través del rock, el cine y el arte.

La irrupción del rock fue importante, aunque también influyeron el cine y la moda. En algunos casos, con protagonis­tas tan aberrantes como el roquero francés Johnny Hallyday, cuyo telonero en los recitales era el legendario Jimy Hendrix, lo que ahora sorprende. Yo prefería a la cantante Sylvie Vartan, que era más solidaria que Hallyday. Junto a la música surgieron todo tipo de revistas que difundían la nueva forma de ocio juvenil y el cine rompió con el academicis­mo imperante con películas como Elguateque (Blake Edwards, 1968).

¿Cuál fue la importanci­a de la píldora y de la revolución sexual en los acontecimi­entos del 68?

Fue un factor de cambio decisivo, cuyo aspecto aspe más simbólico fue la minifalda y el descubrimi­ento del sexo femenino, algo que sorprendió a la gente de izquierda. izqu Un amigo mío, cuando vio que mi mujer llevaba minifalda, me dijo: dijo “Antonio, como permites que tu mujer muj socialice sus piernas”. Ese tipo de reacción r machista era normal en la España Esp de entonces. Pero el factor más importante imp de la liberación sexual fue la píldora píld y el descubrimi­ento del clítoris. Con anteriorid­ad, muchas mujeres no sabían sabí qué hacer con el clítoris.

¿ Es verdad, tal y como proclamó Sarkozy, Sar que no ha quedado nada de aquel aqu año prodigioso? ¿ Es legítimo decir dec que el 68 fue una broma?

No fue ni mucho menos una broma. Por ejemplo, los acuerdos de Grenell fueron fuer un triunfo importante para los

trabajador­es, ya que los salarios subieron un 20% y se implantó la jornada de 40 horas. Y esos acuerdos duraron más de diez años, porque la derecha temía que la rebelión podría rebrotar si daban marcha atrás. Los acuerdos de Grenell acabaron con la utopía, pero también frenaron a De Gaulle, que estaba dispuesto a hacer intervenir a las Fuerzas Armadas para acabar con las revueltas del 68. Gracias a esos acuerdos se evitó la tragedia que vivieron poco después Italia y Alemania con el terrorismo de las Brigadas Rojas y la Baader- Meinhof, que bebieron de fuentes maoístas, lo mismo que el grupo terrorista pe-

ruano Sendero Luminoso o los Jemeres Rojos camboyanos.

¿Qué otras cosas cambiaron ese año prodigioso?

Además de consolidar la emancipaci­ón de la mujer y la libertad sexual, el principal valor del Mayo francés fue el descubrimi­ento y el protagonis­mo de la juventud, que pasó a ser un sujeto activo en la sociedad. El sentido de la jerarquía académica y social que existía antes del 68 no sobrevivió. Entró en juego la sensibilid­ad ecologista, se impuso una nueva forma de expresarse y cambiaron los usos sociales.

 ??  ??
 ??  ?? INVESTIGAD­OR DE LA HISTORIA.Especialis­ta en historia del pensamient­o y de los movimiento­s sociales y políticos en España, Elorza, al entreabrir­se los archivos de Moscú, consagró los años 90 a investigar la Internacio­nal comunista.
INVESTIGAD­OR DE LA HISTORIA.Especialis­ta en historia del pensamient­o y de los movimiento­s sociales y políticos en España, Elorza, al entreabrir­se los archivos de Moscú, consagró los años 90 a investigar la Internacio­nal comunista.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain