LAS ÚLTIMAS PIRÁMIDES
La edad dorada de las pirámides declinó con el fin de la Dinastía IV, pero, aunque en una escala más reducida, siguieron siendo el modelo de sepultura elegido por algunos de los monarcas de las Dinastías V y VI ( la más célebre de todas ellas es la del faraón Unis, en Saqqara). Ya no eran tiempos de prosperidad y abundancia, por lo que se trata de edificaciones mucho más modestas. La última gran pirámide fue construida por Pepi II, segundo faraón de la Dinastía VI, y apenas alcanza los dieciséis metros de altura.
Con el fin del Imperio Antiguo, la “moda” de las pirámides desapareció. Pero algunos faraones del Imperio Medio, concretamente de la Dinastía XII, volvieron a recuperar esta antigua tradición, si bien ya lejos de las pretensiones monumentales de antaño.
A partir del siglo VIII a. C. floreció en Sudán una nueva civilización, la de los kushitas, que imitó muchos de los usos y costumbres de sus vecinos egipcios. Construyeron en su tierra más de doscientas pirámides, de alturas que oscilan entre los 6 y los 30 metros. Como sus “parientes egipcias”, son Patrimonio de la Humanidad.