LA CREATIVIDAD CRECE EN LOS QUIRÓFANOS
LOS ENORMES DAÑOS CAUSADOS POR LA METRALLA EN EL ROSTRO llevaron a los médicos a investigar y diseñar máscaras faciales que permitiesen a los soldados presentarse ante sus familiares sin miedo a no ser reconocidos. Los sanitarios iban aprendiendo día a día a mejorar la gestión de las heridas y el ajuste de los huesos, pero uno de ellos intentó dar un paso más en la curación de sus pacientes. Fue el otorrinolaringólogo Harold Gillies (1882-1960). Nacido en Nueva Zelanda, hoy día es considerado el padre de la cirugía plástica moderna, pues se enfrentó a una de las primeras operaciones de reconstrucción facial, en 1917. Esta intervención significó el comienzo de los tratamientos quirúrgicos con injertos de piel. Bajo estas líneas, cuatro imágenes que muestran paso a paso la evolución de uno de los pacientes operados por Gillies.