OBRERAS Y FUTBOLISTAS
Uno de los entretenimientos que mantenían el ánimo del pueblo era el fútbol y, con los hombres en el frente – futbolistas profesionales incluidos–, parecía que el espectáculo tendría que detenerse. Sin embargo, varias mujeres que trabajaban en las fábricas pensaron que, si podían ocupar el lugar de los hombres en los talleres, por qué no iban a hacerlo en un campo de fútbol. Fue así como crearon sus propios equipos, que se enfrentaron en 1918 cuando se organizó una competición llamada Munitionettes Cup, en la que participaron 30 equipos femeninos. El que destacó desde el primer momento fue el Blyth Spartans Munitionettes. Entre otras razones, porque contaba con una delantera, Bella Raey, que marcó nada menos que 133 goles en los 30 partidos. Un público de más de 22.000 personas aplaudió sus habilidades con el balón en la final del campeonato.