No a la discriminación
En un Estado con cientos de etnias como es Afganistán, la vida de las mujeres es extremadamente dura, pues muchas son sometidas a estrictas y ancestrales tradiciones tribales como la pashtún, según la cual una mujer no debe salir a la calle más que dos veces: la primera, al ser entregada en matrimonio, y la segunda, muerta, para que la entierren. Pero, a pesar de ciertas tradiciones étnicas que se han mantenido desde hace siglos, en los años sesenta el país del corazón de Asia estaba inmerso en un proceso de modernización del que no queda rastro, sino en alguna imagen que da fe de que aquella modernidad fue real. Como lo es esta foto, donde estudiantes de ambos sexos se mezclan en un aula de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Kabul durante un curso de análisis espectral a cargo de su profesor de física, V. I. Elfimov, procedente de la Unión Soviética. Fue tomada en 1963, cuando la educación se consideraba un pilar imprescindible para lograr avances en el país. En ese contexto, la Universidad de Kabul vivió su época dorada y, por supuesto, admitía clases mixtas, sin separación alguna por razón de sexo. Años después, la institución educativa se vio obligada a cesar su actividad durante gran parte del período fundamentalista (1992-2001).