ÚLTIMAS OFENSIVAS FRANQUISTAS
El 6 de febrero de 1937, los rebeldes lanzaron una campaña para cortar las comunicaciones de Madrid con Levante, que era su principal vía de abastecimiento. Fue la sangrienta –10.000 bajas por bando– Batalla del Jarama, en la que se luchó en Rivas Vaciamadrid, Arganda, los cerros de La Marañosa y la colina del Pingarrón. 40.000 hombres comandados por el general Orgaz, con el apoyo de tanques y aviones alemanes, se enfrentaron a una contraofensiva republicana que, con la ayuda de las Brigadas Internacionales, detuvo la tentativa el 27 de ese mismo mes. En marzo llegaría la Batalla de Guadalajara, último intento de Franco por apoderarse de Madrid, con la colaboración del Cuerpo de Tropas Voluntarias Italianas. El plan: usar la carretera de Sigüenza a Guadalajara como punta de lanza de un avance por sorpresa. Los italianos atacaron el día 8, pero fueron repelidos por las divisiones del Campesino, Modesto, Lacalle y Líster, apoyadas por el grupo de brigadistas italianos Garibaldi, que se enfrentó a sus compatriotas. Además, los cazas soviéticos causaron a los rebeldes unas 6.000 bajas. El 23 de marzo de 1937, los franquistas dieron por perdido el asalto y se retiraron a las posiciones anteriores.