EL MOVIMIENTO PACIFISTA DURANTE LA CONTIENDA
LAS PRIMERAS NOTICIAS SOBRE ORGANIZACIONES PACIFISTAS EN ESPAÑA se remontan a 1932, cuando el pedagogo José Brocca fundó la “Orden del Olivo”, grupo integrado en la Internacional de Resistentes a la Guerra (IRG). A comienzos de 1934, en su entorno surgen varios grupos de activistas que se dedican a difundir las ideas pacifistas a través de un semanario y de alocuciones radiofónicas en torno al concepto central de la IRG: “La guerra es un crimen contra la humanidad”. Cuando comenzó la contienda, este grupo fomentó formas no violentas de resistir al fascismo. En ello tuvo un papel destacado la médica libertaria Amparo Poch: como presidenta de la IRG en España durante la Guerra Civil, organizó una expedición de niños refugiados a México, donde cerca de 500 fueron acogidos por pacifistas aztecas. También, un grupo de 60 niños vascos fue evacuado a una Casa Vasca en Inglaterra; esta expedición fue organizada por el grupo Peace Pledge Union. Para la IRG, el conflicto bélico estaba llevando a republicanos y rebeldes a un punto de violencia máximo, y la postura del movimiento pacifista internacional pasaba únicamente por la ayuda humanitaria.