OBSIDIANA: LA MEJOR ARMA DE LOS AZTECAS
Conocida desde la Antigüedad, la obsidiana – un tipo de roca volcánica durísima– ha tenido a lo largo de la historia usos ornamentales, rituales y bélicos, y hoy en día se emplea en la cirugía ocular.
A diferencia de otras civilizaciones, como los griegos, que comerciaban con obsidiana pero elaboraban sus armas con metal, los aztecas la preferían, precisamente, para este segundo uso. Gracias a su dureza y fácil astillado (podía afilarse mucho), resultaba ideal para elaborar instrumentos cortantes o con puntas afiladas. En el territorio donde se asentaron los mexicas abundaba, de modo que pronto la convirtieron en su piedra de trabajo preferida. De obsidiana eran los cuchillos ceremoniales que usaban los sacerdotes en los sacrificios para abrir el pecho de las víctimas y extraerles el corazón. Y también estaba presente en su arma de infantería preferida, el macuahuitl, una madera en forma de remo con ranuras a ambos lados donde introducían hojas de obsidiana que fijaban con brea de pino. Esta maza con navajas era peligrosamente mortífera y, aunque frágil, costaba poco repararla. La elección de la obsidiana frenó el avance de la metalurgia entre los aztecas, lo que les hizo pagar un alto precio al enfrentarse al hierro de los escudos y el acero de las espadas de los españoles.