EL VERDADERO ORO DE AMÉRICA
Aunque la cantidad de oro y piedras preciosas no era tanta como imaginaban los españoles que fueron en busca de El Dorado, lo cierto es que las diferentes culturas que habitaron los alrededores de Guatavita, el lago que dio origen al mito, sí contaban con abundantes metales preciosos, los mismos que codiciaban los conquistadores.
En 2014, el Museo Británico de Londres reunió en una exposición tres centenares de objetos descubiertos a comienzos del siglo XX en esos lugares. Había piezas fabricadas en oro y otras con una aleación de oro y cobre que los españoles llamaron tumbaga, la cual se trabajaba con una sofisticada técnica de orfebrería. Las piezas pertenecían a un prolongado período histórico, entre el año 1600 a.C. y el 1700 de nuestra era, en el que florecieron las culturas muisca, quimbaya, calima, tairona, tolima y zenú. Todas ellas tenían en común rituales que usaban estos metales no por su valor económico, sino simbólico. Se cree que los asociaban con la energía del Sol y que los utilizaban para comunicarse con el más allá.