EL ARISTÓCRATA Y EL HIJO DEL TENDERO
Nacido en Wesel en 1893, nada en la biografía de Joachim von Ribbentrop hacía pensar
que fuera a convertirse en uno de los jerarcas nazis. Su familia era de clase media acomodada y su boda en 1920 con la millonaria Anna Elisabeth Henkell le permitió dedicarse al comercio de vinos al por mayor. Rastreando en los antecedentes de una tía segunda, pronto añadió el aristocrático “von” a su apellido. En 1932 se afilió al Partido Nazi y desarrolló una fidelidad canina hacia Hitler, al que cedió su mansión para la creación de su primer gabinete en 1933. Hitler confió en él ciegamente para todas sus misiones diplomáticas; Göring y Goebbels, entre otros, lo despreciaban. Nadie podía dudar, en cambio, de la capacidad de Viacheslav Mólotov. Nacido en una pequeña aldea e hijo de un tendero, se unió al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia en 1906 y tomó partido por la facción bolchevique y, muy concretamente, por la figura de Stalin. Accedió a los principales puestos del Politburó gracias a su inteligencia y su capacidad de trabajo.
Von Ribbentrop acabaría ahorcado en 1946, tras ser declarado culpable en los Juicios de Núremberg de conspiración, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Mólotov, por su parte, no solo sobrevivió a Stalin, sino que continuó defendiendo su legado en unos tiempos en que la Unión Soviética hacía todo lo posible por borrar su memoria. Falleció de muerte natural en 1986, a los 96 años de edad.