LA CORRUPCIÓN ACABÓ CON EL PARTIDO RADICAL
Afinales de 1935, dos escándalos de corrupción que afectaban de lleno a Alejandro Lerroux y su partido acabaron con el Gobierno y desembocaron en la convocatoria de elecciones, en las que el Partido Radical quedó reducido a nada.
En octubre saltó el escándalo del estraperlo, término derivado de Straperlo, la marca de una ruleta trucada que los empresarios Strauss y Perlowitz – de ahí el nombre– intentaron introducir en España sobornando generosamente a miembros del Gobierno radical. Pero la policía prohibió el invento nada más empezar este a rodar en el casino de San Sebastián y Daniel Strauss se dirigió a Alcalá- Zamora para denunciar a Lerroux y otros veteranos radicales – entre otros, su hijo adoptivo, Aurelio– y exigir una compensación. El asunto acabó con una investigación parlamentaria y una reprobación que determinó la salida de Lerroux del Gobierno.
El siguiente golpe no tardó en llegar: en noviembre, el probo funcionario de colonias Antonio Nombela acusó a varios dirigentes radicales de haber otorgado fraudulentamente una indemnización a la Compañía de África Oriental por la pérdida de dos buques en Guinea Ecuatorial. Nombela se había negado a pagarla y había sido cesado. El llamado “escándalo Nombela” afectaba directamente a Lerroux, que en su día había firmado el expediente como presidente del Gobierno. El caso llegó también por el Congreso, donde Lerroux se mostró incapaz de dar ninguna explicación sólida. Al final fue exculpado, pero su prestigio quedó destruido y su carrera política hundida para siempre.