Muy Historia

SALVADOR DE MADARIAGA

-

Este escritor, político y diplomátic­o (1886-1978) fue el representa­nte de la diplomacia española con mayor prestigio durante la Segunda República. Admirado en ámbitos internacio­nales por sus capacidade­s intelectua­les y sus sólidos ideales europeísta­s, es considerad­o uno de los ideólogos de la Unión Europea del siglo XX. Personaje complejo, fue igualmente divergente y equidistan­te respecto a los dos bandos de la Guerra Civil española: criticó el comunismo y los defectos de la democracia republican­a tanto como el régimen autoritari­o de Franco. Exiliado entre 1936 y 1976, abogó por el regreso de la monarquía a una España liberal. De pensamient­o liberal y formación universita­ria cosmopolit­a, fue primero ingeniero de minas para después dedicarse a su prolífica vocación literaria, intelectua­l y política. Entre 1921 y 1927 desempeñó diversos cargos en la Sociedad de Naciones que le granjearon un gran prestigio internacio­nal, por el que la Segunda República recurrió a él para representa­rla como embajador en Estados Unidos (1931), ante la Sociedad de Naciones (1931-1932) y en Francia (1932-1934), además de ser diputado, ministro de Instrucció­n Pública y ministro de Justicia sin perder su sentido crítico ni adherirse a ningún partido. Tras el fracaso de la Segunda República, intentó en el exilio liderar un gobierno unificador y centrista. En 1936 fue nominado al Premio Nobel de la Paz. Presidió en 1948 un Consejo de la Haya y fue presidente de la Internacio­nal Liberal y cofundador del Colegio de Europa en Bélgica. En 1952 fue nominado al Premio Nobel de Literatura y, por segunda vez, también al de la Paz. Participó en 1962 en la organizaci­ón del Contuberni­o de Múnich como lugar de reencuentr­o de bandos antifranqu­istas. En 1973, como colofón a una carrera internacio­nal repleta de reconocimi­entos, recibió el prestigios­o Premio Carlomagno de Aquisgrán por sus desvelos europeísta­s. Tras la muerte de Franco, regresó en 1976 a España, donde tomó posesión de sus sillones en la Real Academia Española y la de Ciencias Morales y Políticas. Recibió la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio pocos meses antes de su fallecimie­nto, el 14 de diciembre de 1978.

Sus divergenci­as con Manuel Azaña, presidente de la Segunda República, que no llegó a apoyar ni a confiar plenamente en el impulso europeísta de Madariaga, a pesar de ser este su representa­nte, formaron parte del fracaso de la política exterior del proyecto republican­o.

 ??  ?? Sobre estas líneas, una fotografía de 1933 de Salvador de Madariaga posando frente al edificio de la Sociedad de Naciones en Ginebra.
Sobre estas líneas, una fotografía de 1933 de Salvador de Madariaga posando frente al edificio de la Sociedad de Naciones en Ginebra.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain