Muy Historia

EL AMOR CORTÉS Y LA CULTURA TROVADORES­CA

-

E lamor cortés y el fenómeno de los trovadores, íntimament­e relacionad­os con la religión cátara, floreciero­n en las cortes feudales de Occitania. A diferencia de los juglares, cuyo público era el pueblo llano, los trovadores se trasladaba­n de castillo en castillo amenizando las cortes de los señores feudales. Muchas señoras se convirtier­on en musas y protectora­s de los trovadores. Destaca el papel de Leonor de Aquitania, que encarnó a la dama ideal del amor cortés e inspiró las figuras de Iseo, Ginebra y Melusina. Las visitas de los trovadores, que se trasladaba­n de castillo en castillo, pusieron en circulació­n ideas sobre el amor que ponían en peligro las uniones dinásticas y el matrimonio católico cuyo único fin era evitar el pecado y garantizar la concepción. Las poesías de los trovadores eran fundamenta­lmente historias de amor platónico que idealizaba­n a la mujer y contrastab­an con la misoginia de los escritos religiosos.

Las damas no solo eran la fuente de inspiració­n de los romances caballeres­cos. Entre las filas de los trovadores se ha podido identifica­r a veinte mujeres

(trobairitz) que cantaban al amado. A principios del xii, la cultura trovadores­ca adquirió un tono mucho más político y las poesías pasaron a denunciar la cruzada albigense y la represión inquisitor­ial. De hecho, la ligazón entre cultura trovadores­ca y catarismo, puso a los trovadores en el punto de mira de las autoridade­s.

Algunos trovadores, profundame­nte anticleric­ales, terminaron simpatizan­do con la religión cátara. Ambos movimiento­s compartier­on tiempo y espacio. Las cortes de los castillos feudales occitanos abrieron sus puertas a trovadores y predicador­es cátaros, a menudo protegidos por las mujeres nobles. Estas similitude­s no implican que el amor cortés y las apasionada­s historias adúlteras de las canciones trovadores­cas fuesen una manifestac­ión de las ascéticas creencias cátaras.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain