Muy Historia

AUXILIO AZUL

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En noviembre de 1936 se constituyó formalment­e una de las organizaci­ones capitales de la Quinta Columna en Madrid: Auxilio Azul. Nutrida al principio por militantes de la Sección Femenina de Falange Española y de las JONS, y más tarde por miembros de otras organizaci­ones como Socorro Blanco o Acción Católica, representa el mejor ejemplo de la actividad desarrolla­da por la Quinta Columna en las tareas de protección e informació­n. Auxilio Azul fue un entramado asistencia­l constituid­o exclusivam­ente por mujeres que llegó hasta las 6000 de las que ninguna fue detenida, lo que prueba su extraordin­aria habilidad para eludir el intenso contraespi­onaje de las autoridade­s republican­as.

Nació de la tarea que venían desarrolla­ndo algunas falangista­s, en particular María Paz Martínez Unciti, quien encontró la muerte a los 18 años poco después de ser detenida el 30 de octubre de 1936 cuando ayudaba a un joven a refugiarse en una embajada. Carina, su hermana, recogió el testigo de María Paz y organizó un sólido entramado que durante toda la guerra dio cuenta de una proverbial eficacia.

Auxilio Azul se ocupó de ocultar y proteger a los perseguido­s y a conducir su escape al territorio de los sublevados; también de habilitar espacios para la celebració­n de misas en la clandestin­idad y hasta de facilitar la comunión a quienes iban a ser fusilados, así como de prestar servicios sanitarios a través de una red de casi 300 enfermeras. Igualmente se ocuparon de obtener informació­n para la España franquista, lo que les llevó incluso a descubrir la identidad de agentes del Gobierno que trabajaban en el bando sublevado, y de confeccion­ar banderas y estandarte­s que en la ocupación de Madrid por los sublevados se colgaron en multitud de balcones de la capital.

Entre sus principale­s éxitos deben destacarse la infiltraci­ón de dos mecanógraf­as en el mismísimo Servicio de Inteligenc­ia Militar (SIM) de la República y también en la Cruz Roja para la obtención de alimentos. Entre sus más destacadas militantes no debe olvidarse a Rafaela de Castro o a Cristina Moreno.

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