MANUEL VALDÉS LARRAÑAGA
Nacido en Bilbao el 16 de abril de 1909 y fallecido en Madrid el 17 de octubre de 2001, la intensa biografía de Valdés Larrañaga es la de un hombre poliédrico e insobornable entregado a su causa. Arquitecto por la Universidad de Madrid y licenciado en Ciencias Exactas por la de Barcelona fue también futbolista y campeón de España de Natación. Monárquico convencido, su credo da un giro radical cuando se traslada a Madrid en 1933 y conoce a José Antonio Primo de Rivera, con quien colaboró en la fundación de Falange Española y a quien acompañó preso en la cárcel Modelo de Madrid en marzo de 1936. Fue también fundador y primer Jefe Nacional del SEU.
Cuando se produce el alzamiento continuaba detenido en Madrid, lo que no le impidió organizar y dirigir la Falange clandestina hasta el final de la contienda, gracias especialmente a su traslado al Hospital Penitenciario por mediación de varios diplomáticos y a la permisividad que allí encontró en sus carceleros de filiación anarquista que incluso en los últimos días de la guerra llegaron a liberarle ante el riesgo de acabar ejecutado; en particular encontró especial ayuda en el director del centro, Primitivo Requena, que, a decir de Valdés, le permitía recibir a quien quisiera, lo que facilitó extraordinariamente la tarea de dirigir a los suyos. Ya libre, decidió pasar al territorio controlado por los franquistas para ultimar los detalles de la entrada en Madrid y definir el papel de los quintacolumnistas bajo su mando, para lo que antes decidió ponerse en contacto con el Consejo Nacional de Defensa constituido como órgano rector de los restos de la República, de cuyos miembros solo quedaba en Madrid Julián Besteiro, a quien visitó en la sede del Ministerio de Hacienda donde radicaba el último reducto dirigente de un Gobierno prácticamente desaparecido.
El 28 de marzo las tropas franquistas entraron formalmente en Madrid y entre los primeros, quizá el primero en cruzar formalmente el frente comandando a sus hombres, el teniente de ingenieros Jose María de Yturriaga, quien después de avanzar por las calles Princesa y Gran Vía se encontró con un grupo de militares republicanos en la Plaza del Callao que ni se rindieron ni ofrecieron resistencia en un Madrid ablandado por la Quinta Columna y deseoso de que callaran las armas. Finalizada la guerra Yturriaga acabaría sus estudios de Arquitectura, los mismos que trajeron a Valdés Larrañaga a Madrid, para acabar como arquitecto al servicio de la Hacienda Pública. Tras la contienda, Valdés Larrañaga desempeño numerosos puestos en la España franquista: Consejero Nacional del Movimiento, Procurador en Cortes o Vicesecretario General del Movimiento. También fue presidente de la Federación Española de Fútbol, decano del Colegio de Arquitectos de Madrid y embajador en Santo Domingo, Venezuela, Kuwait y Egipto.