Muy Historia

GOFF, LA AVENTURA Y EL COMPROMISO

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Irving Goff había acreditado antes de la guerra civil española una naturaleza propicia al riesgo. Este judío neoyorkino nacido en 1900 se había curtido en innumerabl­es peleas callejeras en las calles de Brooklyn y en trabajos que ponían a prueba su capacidad para la superviven­cia y la aventura. Trabajó como mozo en una tienda, vigilante en la playa de Coney Island, bailarín en un café e incluso como acróbata ecuestre en un circo. Goff alternó estos trabajos con una firme voluntad política que materializ­ó en su militancia en el Partido Comunista de Estados Unidos. Dada su naturaleza y su compromiso político, no era de extrañar que al iniciarse la guerra civil diera el paso de unirse a otros voluntario­s norteameri­canos e integrarse en el ejército republican­o.

Llegó a España en 1937 cruzando los Pirineos. Era veterano, próximo a los 40 años, cuando se enroló en la brigada Lincoln, por lo que su primer destino fue el de conductor, pensando que su edad requería de un puesto alejado de la primera línea. Goff pronto demostró que su intención era precisamen­te adentrarse en el corazón del frente.

Su fuerza física y su determinac­ión convencier­on a sus mandos de que debía recibir instrucció­n guerriller­a en el XIV Cuerpo de Ejército, impartida por asesores soviéticos. Aprendió a manejar explosivos, a utilizar todo tipo de armas, defensa personal y a moverse con agilidad en la noche y en condicione­s adversas. A partir de entonces, junto a William Aalto, participó en diversas operacione­s tras las líneas enemigas, actuando como una suerte de comando itinerante reclamado allí donde se requería su habilidad.

Antes de la operación Carchuna participó en la captura de un grupo de oficiales en el frente de Serós (Lleida), se infiltró tras las líneas franquista­s en la batalla de Teruel y voló un importante puente estratégic­o cerca de Albarracín. Este episodio inspiró a Hemingway la trama central de su novela Por quién doblan las campanas. Cuando apareció la novela en 1940, Goff bromeó diciendo que si Ingrid Bergman hubiera estado allí, nunca se habría marchado de España. La derrota republican­a confirmó su credo antifascis­ta y cuando Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial fue uno de los primeros en ser aceptados en un nuevo cuerpo de lucha clandestin­a, la Oficina de Servicios Estratégic­os, que fundó William Donovan. A pesar de su militancia política, Donovan supo apreciar sus cualidades militares y lo convirtió en uno de sus agentes más activos en acciones tras las líneas enemigas en el norte de África e Italia. Acabó la Segunda Guerra Mundial con la graduación de capitán del ejército norteameri­cano.

De regreso a Estados Unidos reemprendi­ó su actividad política, fue perseguido por el senador McCarthy y nunca renegó de sus ideas ni delató a ninguno de sus compañeros de partido. Falleció en Los Ángeles en 1989 y fue enterrado en el cementerio nacional de Arlington como héroe militar.

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