LA MUJER EN LA CORTE
Aunque la sociedad mongola era patriarcal y patrilineal en su organización social, las mujeres tuvieron una fuerte presencia no solo en el ámbito doméstico, sino también en el religioso, económico y militar. El mismo Marco Polo se sorprendió al ver cómo eran ellas las que hacían todo el trabajo, mientras que los hombres se ocupaban del campo de batalla. Cuando la expansión militar de los mongoles llegó al norte de China y Asia Central, las mujeres alcanzaron más cuotas de poder al actuar como regentes de sus maridos y administradoras del Imperio. A medida que el Imperio fue creciendo, aquellas mujeres que pertenecían a las clases más altas y que estaban casadas con un Kan, comenzaron a recibir el título honorífico de Katun (dama o mujer noble) para diferenciarse de las concubinas. La influencia política que alcanzaron algunas de estas mujeres tuvo su punto más álgido en la primera mitad del siglo XIII, con Toregene, esposa de Ogodei Kan (sucesor de Gengis Kan), quien fue regente del Imperio mongol de 1241 a 1246, y Sorghaghtani, quien logró hacerse con las riendas del Imperio para cederlas a sus cuatro vástagos, entre ellos Kublai Kan. Sin embargo, después de esta última y debido al desplazamiento del centro de poder hacia los territorios chinos, donde sus eruditos consideraban inconcebible la libertad de las mongolas, ninguna mujer volvería a estar a cargo del Imperio.
En su vida privada, Kublai Kan respaldó su herencia nativa, ya que sus cuatro esposas legítimas fueron mongolas. Cada una de estas cuatro mujeres disponía de una corte real en su propio palacio, con otras esposas y concubinas subordinadas a su cargo. Según Marco Polo, Kublai tuvo numerosas concubinas, por lo que el número exacto de sus hijos es desconocido. De entre todas estas mujeres, Chabi, su segunda esposa, fue la más famosa por ejercer gran influencia sobre el Kan. Chabi, quien le dio cuatro hijos, destacó por su prudencia y astucia, ganando con el paso del tiempo importancia política y diplomática en la corte Yuan. Asimismo, también fue gran patrocinadora de la propagación del budismo tibetano dentro del Imperio. Su muerte, en 1281, dejó al Kan devastado y dio inicio a su declive político.