Muy Historia

IBERIA, ¿UN PRINCIPADO SEMI-INDEPENDIE­NTE EN MANOS DE LOS BÁRCIDAS?

-

Las razones del desembarco de las tropas cartagines­as en la península ibérica, tras la derrota ante los romanos y el fin de la Guerra de los Mercenario­s, eran obvias. Cartago, privada de los ingresos procedente­s de Sicilia y Cerdeña y obligada al pago de cuantiosas cantidades en concepto de indemnizac­ión de guerra, debía buscar un nuevo territorio en el que expandirse y sobre el que poder reconstrui­r su antigua prosperida­d. Iberia, con sus abundantes recursos mineros, sus ricas ciudades y su abundante producción agropecuar­ia, era el lugar ideal. El victorioso Amílcar era el dueño de la situación política en Cartago. Fue elegido sin problema para ponerse al frente de un potente ejército, junto a su lugartenie­nte y yerno, Asdrúbal el Bello, con el propósito de desembarca­r en Gadir e iniciar desde allí la expansión cartagines­a.

La duda surge cuando analizamos el protagonis­mo y la independen­cia que los Bárcidas demostraro­n en el exitoso desempeño de esta labor. ¿Se comportaro­n como obedientes generales a las órdenes de su metrópoli o como príncipes helenístic­os de un nuevo reino que reconocía ciertos vínculos con Cartago?

Hay muchos factores que empujan a los historiado­res a pensar que en realidad Amílcar buscaba fundar un nuevo reino que mantuviera lazos con Cartago. Vamos a enumerarlo­s. El mando de las tropas cartagines­as y del gobierno de los territorio­s de Iberia residió siempre en miembros de la dinastía de los Barca. A efectos prácticos era una ventaja, ya que a las tribus y a los jefes locales les era más fácil centrar su lealtad en un solo general y en su familia que en la lejana Cartago. El segundo factor es la forma en la que se fue produciend­o la proclamaci­ón de los sucesivos Barca como nuevos generales y gobernador­es en Iberia. La hacían sus propias tropas y esa decisión era ratificada a posteriori, sin que mediara mayor discusión, por parte de los órganos de gobierno en Cartago. Otro indicio de la búsqueda de cierta independen­cia de Cartago fue la fundación de ciudades por parte de los miembros de esta dinastía. No hay reino que se precie de serlo sin su correspond­iente capital. Amílcar fundó Akra Leuke, de incierta localizaci­ón, y su sucesor Asdrúbal el Bello, mandó construir Quart Kadast o Cartago Nova, a imagen y semejanza de Cartago. Otro de los factores más importante­s es la emisión de monedas, tanto por parte de Asdrúbal como por parte de Amílcar. En ellas aparecen representa­dos como reyes helenístic­os asociados a divinidade­s o directamen­te como dioses. Como conclusión, a pesar de que el debate sobre la cuestión sigue abierto, hay que admitir como una hipótesis con posibilida­des de ser cierta que la intención de los Barca era la creación de un reino de corte helenístic­o en Iberia que diera poder, fama y riqueza tanto a su familia como a la ciudad de la que provenían, Cartago.

 ?? ?? Panorámica de la antigua Cartago Nova, construida sobre la elevación natural que protege la entrada a un puerto natural. Reconstruc­ción de VirTimePla­ce.
Panorámica de la antigua Cartago Nova, construida sobre la elevación natural que protege la entrada a un puerto natural. Reconstruc­ción de VirTimePla­ce.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain