EL VERDADERO DR. STRANGELOVE
Nacido en Budapest (Hungría) en 1908, en el seno de una rica familia judía, Edward Teller estudió en Karlsruhe y Leipzig (Alemania), donde se interesó por la física atómica, primero con Niels Bohr, en Copenhague, y posteriormente en Gotinga (Alemania). Tras la llegada de los nazis al poder, emigró a Estados Unidos y se convirtió en ciudadano estadounidense. En 1941 fue invitado a unirse al equipo de Oppenheimer en Los Alamos (Nuevo México) para desarrollar la Bomba A. Teller estaba obsesionado con la energía del hidrógeno y el desarrollo de una bomba de este tipo, lo que le llevó a enfrentarse con los otros miembros del Proyecto Manhattan. Después de que la Unión Soviética probara su propia bomba atómica en 1949, Teller se convirtió en el principal defensor del desarrollo de la Bomba H, de Hidrógeno, para ganar ventaja en la Guerra Fría.
Testificó contra Oppenheimer en la audiencia secreta que le despojó de sus privilegios de acceso al programa nuclear y dijo: «Siento que preferiría ver los intereses vitales de este país en manos de alguien a quien entienda mejor y, por lo tanto, en quien confíe más».
En la comedia negra de Stanley Kubrick ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964), Teller es representado por el enigmático Dr. Strangelove (Peter Sellers), excientífico nazi y asesor del presidente de Estados Unidos. En la realidad, Teller siempre fue un auténtico halcón político, partidario de la carrera armamentística contra la URSS y de la siniestra y eficaz doctrina de la «destrucción mutua asegurada» como garante de la paz nuclear con el bloque soviético. Al final de su vida, Teller recuperó notoriedad pública al apoyar la Iniciativa de Defensa Estratégica del presidente Ronald Reagan, popularmente conocida como el Proyecto «Star Wars-Guerra de las Galaxias».