AMBICIONES DESALMADAS
Originarios de Játiva, la familia Borgia ascendió a alturas vertiginosas de poder a lo largo del siglo XV, en plena eclosión renacentista, cuando en 1492 Rodrigo Borgia ocupó la silla de san Pedro como el papa Alejandro VI. A través de pactos y maquinaciones, consolidaron su poder y extendieron su influencia tanto en la corte papal como en la política italiana. Los hijos de Rodrigo, César, Lucrecia y Juan, se convirtieron en figuras claves de una narrativa marcada por ambiciones desenfrenadas, traiciones y alianzas cambiantes y, por supuesto, su paso a la historia no está exento de dobles lecturas. César, nacido para la guerra, que, con apenas veinte años, fue nombrado arzobispo y, luego, cardenal y quien se arrogó el derecho de procurarse un estado propio en el centro de Italia con el desalmado poder de su padre, fue el modelo de Maquiavelo para su célebre libro El príncipe. En este, el Borgia aparece como alguien capaz de conseguir todo lo que se proponga y hacerlo a cualquier precio. Lucrecia, por su parte, la bella protagonista de nuestra portada, definida por Victor Hugo como una mujer viciosa, despiadada y maestra en venenos, fue el espléndido peón de los pactos y políticas matrimoniales de la familia, y el tenebroso asesinato de Juan aún no ha sido esclarecido. Sin duda alguna, puede decirse que en un contexto cultural y político donde el poder y la riqueza se entrelazaban con el arte y las nuevas corrientes intelectuales, los Borgia representaron una dualidad fascinante de proezas y escándalos cuya controversia sigue hasta hoy.
En este número de MUY HISTORIA, vivirás de primera mano su leyenda. Disfruta de la lectura.