FRANCISCO, EL BORJA SANTO
Hijo de Juan de Borja y Enríquez de Luna, III duque de Gandía, y bisnieto del papa Alejandro VI, Francisco de Borja y Aragón nació en Gandía en 1510. La pérdida de su madre, Juana de Aragón y Gurrea (hija de Alonso, hijo ilegítimo de Fernando el Católico), cuando solo tenía 10 años, marcó su personalidad. Con 15 años sirvió a la reina Juana I en el palacio de Tordesillas como paje de la infanta Catalina; años más tarde, Carlos I le reclamó desde la corte de Valladolid. Llegó a ser «gran privado» del emperador y en 1529 se acordó su matrimonio con Leonor de Castro, amiga íntima y dama de la emperatriz Isabel de Portugal, de quien Francisco fue nombrado caballerizo mayor. La muerte de la bellísima esposa de Carlos I en 1539, con solo 36 años, causó una impresión tan profunda en Francisco de Borja, que consideró esa fecha como la de su conversión. La visión del cadáver le hizo reflexionar y determinó su vocación religiosa. Cuando su padre murió en 1543, el nuevo duque de Gandía se retiró a su tierra natal y llevó una vida familiar y entregada a la fe. Invitó a algunos jesuitas a Gandía y se convirtió en su protector y discípulo hasta que, tras enviudar en 1546, decidió entrar en la Compañía de Jesús. Fue autorizado por el papa para seguir en la vida pública hasta resolver las obligaciones con sus hijos y sus tierras. Tras permitirle el emperador renunciar a sus posesiones, abdicó a favor de su hijo mayor y fue ordenado sacerdote. Renunció en varias ocasiones al cardenalato y llegó a ser tercer superior de los jesuitas en 1565, haciendo de esta orden una institución dedicada a la educación y la cultura. Murió en Roma el 30 de septiembre de 1572. El papa Urbano VIII lo beatificó en 1624 y Clemente X lo canonizó en 1671, un siglo después de su muerte.