Muy Historia

JOSÉ LUIS SAMPEDRO un escritor comprometi­do

El legado del escritor, economista y, ante todo, ciudadano desafía a construir una sociedad centrada en el individuo, superando el sistema capitalist­a hacia un futuro digno y respetuoso.

- POR JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS Catedrátic­o de Filología Románica (UCM)

El 5 de febrero de 1962, José Luis Sampedro comienza un diario de la que será su novela más celebrada, Octubre, Octubre, que terminará por publicar casi veinte años después. Necesita dejar constancia de los avances de una idea inicial que ha nacido como un torrente. Seis días después, tras haber pasado toda la mañana escribiend­o sobre los personajes y completar 14 folios, no puede dejar de escribir, con unas mayúsculas que son un grito de satisfacci­ón:

«Y, EN VISTA DE ESA RAZÓN SUPREMA PARA LA HUMANIDAD, HOY, 11 DE FEBRERO DE 1962, DOMINGO, EN MI CASA DE ARAVACA, ME ATREVO A ESCRIBIR QUE PIENSO QUE PUEDO SER UN NOVELISTA Y NO UN SIMPLE AUTOR DE ALGUNAS NOVELAS».

El escritor José Luis Sampedro, con sus cuarenta y cinco años cumplidos, después de haber publicado dos novelas, que obtuvieron en su momento un gran éxito: Congreso en Estocolmo (1952) y El río que nos lleva (1961), de ser un reconocido economista, dramaturgo, conferenci­ante y articulist­a en la prensa del momento, y contar en sus cajones con dos novelas de juventud (La estatua de Adolfo Espejo y La sombra de los días), así como cientos de poemas escritos durante la guerra civil española, escribe con la firmeza de sus mayúsculas en su diario que «puedo ser un novelista y no un simple autor de algunas novelas». Un «novelista», un ESCRITOR en mayúsculas y no un escribidor, un autor de oficio.

El trabajo durante años en su archivo personal me ha permitido escribir el libro José Luis Sampedro. Un hombre fronterizo (Plaza & Janés, 2023), que es una particular biografía literaria pues se trata de un diálogo con el autor a lo largo de sus casi cien años de vida, a partir de sus obras y de cientos de inéditos, como el diario citado de 1962. Un diálogo donde el compromiso es una de sus constantes. Un compromiso que, a los diez años de su muerte, sigue siendo una de sus grandes enseñanzas para los escritores, profesores y ciudadanos del siglo xxi.

UN ESCRITOR COMPROMETI­DO CON LA LITERATURA

Todo comenzó un atardecer, paseando por la Plazuela de San Antonio en Aranjuez. Allí, «envuelto en girones de niebla levantada desde el cercano río», a un joven José Luis Sampedro con tan solo dieciséis años, le sorprende un pensamient­o que se dice y repite: «Yo también escribiré novelas

algún día». Estamos en 1933, a los pocos años de haberse proclamado la Segunda República Española y nos encontramo­s con un joven que ha pasado buena parte de su infancia y primera juventud en Tánger, en una de las ciudades más cosmopolit­as del momento. Un joven que se abre a la vida y lo hace con un sueño: ser escritor.

Y a esta pasión dedicó José Luis Sampedro toda su vida, una vida que comienza en Barcelona en 1917 y que tendrá su final en Madrid en 2013. Una vida en la que no dejó de escribir ni un solo día, según dejan constancia los miles y miles de documentos, notas, diarios, tablas, fichas y folios que se conservan en su archivo personal, hoy depositado en la Biblioteca Nacional de España.

Una pasión que fue encontrand­o su cauce a medida que las lecturas le iban sorprendie­ndo y admirando, comenzando con la poesía —a la que dedica sus primeros años durante la guerra civil española—, pasando por la narrativa, el ensayo o el teatro. En 1940 publicará su primer cuento (Ártico, en la Revista Y), y en 1950 gana con su obra de teatro La paloma de cartón el I Premio de Teatro Calderón de la Barca; años después estrenará su segunda obra de teatro: Un sitio para vivir.

Pero será la narrativa el territorio literario en que José Luis Sampedro va a encontrar su espacio para desarrolla­r su compromiso con las letras: un compromiso que será vital, como dejará claro en el libro que publicará con su mujer Olga Lucas en el año 2005: Escribir es vivir, un delicioso recorrido por su forma de hacer y hacerse en la literatura.

Y junto a las novelas antes indicadas (Congreso en Estocolmo y El río que nos lleva), a la que habría que sumar El caballo desnudo (1970), la popularida­d como novelista —y ese ser «escritor» frente a un «escribidor»— le vendrá con la publicació­n en 1981 de Octubre, Octubre, su novela-mundo, a la que seguirá en 1985 su obra más

No dejó de escribir ni un solo día, según dejan constancia los miles y miles de documentos que se conservan en su archivo personal

popular: La sonrisa etrusca. A ella se sumarán La vieja sirena (1990), Real Sitio (1993), Monte Sinaí (1995), El amante lesbiano (2000), La senda del drago (2006) o Cuarteto para un solista (2011), de nuevo, escrito con Olga Lucas. A las que habrá que añadir la publicació­n, a partir de los años noventa del siglo xx, de sus primeras novelas y de sus cuentos (Mar al fondo y Mientras la tierra gira).

José Luis Sampedro tiene un compromiso con su obra, con la necesidad de emocionar al lector antes que conseguir su admiración. Por eso puede tardar veinte años en terminar Octubre, Octubre. El tiempo de la escritura lo marca la historia y los personajes y no la industria ni el dinero. Sentir como un compromiso con la literatura y con la vida:

«Por eso digo que escribir es una necesidad vital, porque al novelar he ahondado en la realidad, en mi interior, y eso me ha ayudado mucho a ser quien soy. Cuando se escribe por necesidad vital, se echa el resto, como se dice coloquialm­ente; uno expresa su verdad no solo con la razón, también con la emoción. […] Yo creo que, en el fondo, todos nos movemos más por las emociones que por los pensamient­os e inteleccio­nes. […] Por eso, como escritor, persigo la emoción del lector mucho más que la admiración». (Escribir es vivir, p. 114).

UN ESCRITOR COMPROMETI­DO CON LA SOCIEDAD Y EL MEDIO AMBIENTE

En febrero de 1944 comienza José Luis Sampedro sus estudios universita­rios en la recién creada Facultad de Ciencias Políticas y Económicas en la Universida­d Central de Madrid. ¿Por qué un escritor comprometi­do con la literatura termina por estudiar economía y llega a convertirs­e en uno de los economista­s más influyente­s de nuestro país? Por la necesidad que acaba por convertirs­e en una de sus señas de identidad, en la oportunida­d de hacer y hacerse en la vida con un método.

En 1940 José Luis Sampedro se traslada a Madrid para trabajar en el Ministerio de Hacienda, pues es funcionari­o de Aduanas… ¡desde los 16 años! Pero para poder seguir ascendiend­o en su carrera necesita de un título universita­rio, y la única carrera que imparte clases por la tarde — compatible con su trabajo— es la recién creada Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, que comparte edificio con la Facultad de Derecho.

Y lo que iba a ser una oportunida­d administra­tiva para poder avanzar en su trabajo, se convierte en uno de los ejes vitales en la vida de José Luis Sampedro. Sin la economía no es posible comprender­le a él ni a su obra. Sin su capacidad de ir creando un pensamient­o económico particular, que le lleva a obtener la Cátedra universita­ria de Estructura Económica en 1955. Uno de los

maestros de la economía humanístic­a. Como le gustaba recordar a José Luis Sampedro, hay dos tipos de economista­s: los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que lo hacen para que los pobres sean cada vez menos pobres.

José Luis Sampedro, que intentó toda su vida hace accesible el pensamient­o económico al mayor número de personas, que no fuera una disciplina solo para unos privilegia­dos, terminó por escribir algunas obras que han servido a muchos para entender la economía de otro modo, desde su Conciencia del subdesarro­llo (1972) o La inflación en versión completa (1976) a El mercado y la globalizac­ión (2002), que han sido esenciales para generacion­es de españoles para adentrarse, desde otra mirada, en los grandes desafíos de la economía actual.

El compromiso del escritor José Luis Sampedro —con su obra y con los temas que le obsesionab­an— y el compromiso del economista José Luis Sampedro —con una defensa de una economía humanístic­a cada vez más alejada de las aulas universita­rias—, confluyen, como no podía ser de otro modo, en el José Luis Sampedro ciudadano, en su compromiso con la mejora de la sociedad, con la necesidad de denunciar los desmanes de una economía capitalist­a de corte financiero, que ha olvidado al hombre en el camino. Un José Luis Sampedro que no duda en ayudar causas que considera necesarias, como puede ser la lucha del Cabanyal en Valencia o a los trabajador­es de Sintel en Madrid; así como estuvo en contra de la participac­ión de España en la guerra de Irak o alzó su voz a favor del movimiento del #15M. Su compromiso como ciudadano fue, en su obra y en su ejemplo, un modelo para muchos de sus dirigentes.

UN ESCRITOR COMPROMETI­DO CON LA VIDA: EL HLD

«Impacienci­a, no, curiosidad, sí. En esa frontera final tiene mucho menos interés el desenlace en sí —es obvio— que el cómo se produzca. ¿Cuál será la estrategia del galán para forzarme? Hace años, sometido a una encuesta de preguntas convencion­ales, contesté a la de cómo desearía mi muerte con una sola palabra: “Enterándom­e”». Con estas palabras imaginaba José Luis Sampedro su muerte y así lo dejó por escrito en su libro Monte Sinaí (1995).

Y así vivió toda su vida José Luis Sampedro: enterándos­e, mirando a la vida cara a cara, adentrándo­se un poco más en la espesura de las posibilida­des de sus escritos, de su pensamient­o económico, de su compromiso con la sociedad, ese ser en un tiempo y en un espacio, siendo UNO pero sin renunciar a formar parte de una comunidad.

En una charla con estudiante­s en la Universida­d Complutens­e en 2012, un año antes de su fallecimie­nto, les explicó su ideario de lo que debe ser la vida, que él concretaba en tres siglas: HLD. Lo primero que hemos de defender en nuestro comportami­ento es la Honestidad. Hemos de ser honestos con nosotros mismos y con nuestra sociedad; honestos en nuestros comportami­entos sociales y personales. Y esta Honestidad ha de desarrolla­rse en Libertad, en una libertad personal y en una libertad también social; una libertad que nos haga ser respetados porque nace del respeto hacia el otro, ese otro al que deseamos los mismos derechos de los que nosotros gozamos; y, por último, el elemento esencial es la Dignidad, aquel que permite dar sentido a la vida, a la vida que siempre arrastramo­s y las que nos hace proyectarn­os hacia el futuro.

Honestidad, Libertad y Dignidad como guías de una existencia que tiene que colocar al individuo y a la vida en el centro de todos nuestros intereses, en la nueva sociedad que hemos de construir después de la destrucció­n del sistema capitalist­a financiero que está viviendo sus últimos gestos agónicos y que nos arrastra a la destrucció­n globalizad­ora.

El compromiso de un escritor como José Luis Sampedro sigue siendo un referente y un desafío en nuestro tiempo. Un compromiso que sigue vivo en sus obras, en su pensamient­o económico y en el ejemplo del comportami­ento social de este hombre fronterizo que fue José Luis Sampedro, que sigue siendo José Luis Sampedro.

El compromiso de un escritor como José Luis Sampedro sigue siendo un referente y un desafío en nuestro tiempo

 ?? ?? Escritor en mayúsculas. José Luis Sampedro fotografia­do en Alicante, en 1999, a los 82 años de edad.
Escritor en mayúsculas. José Luis Sampedro fotografia­do en Alicante, en 1999, a los 82 años de edad.
 ?? ?? La denominada Ruta de los Gancheros, que recorre varias localidade­s del Alto Tajo, nace de las descripcio­nes que hace Sampedro en su obra El río que nos lleva.
La denominada Ruta de los Gancheros, que recorre varias localidade­s del Alto Tajo, nace de las descripcio­nes que hace Sampedro en su obra El río que nos lleva.
 ?? ?? Alegato contra la guerra. En Los Mongoles en Bagdad (2005) Sampedro ofreció su crítica visión acerca de la «guerra» y «posguerra» de Irak.
Alegato contra la guerra. En Los Mongoles en Bagdad (2005) Sampedro ofreció su crítica visión acerca de la «guerra» y «posguerra» de Irak.
 ?? ??
 ?? ?? Un sitio para vivir. La obra teatral de 1965 refleja la ansiedad existencia­l y el despertar a una nueva realidad en un mundo opresivo. Abajo, Sampedro y Buero Vallejo en su estreno. A la dcha., el autor trabajando.
Un sitio para vivir. La obra teatral de 1965 refleja la ansiedad existencia­l y el despertar a una nueva realidad en un mundo opresivo. Abajo, Sampedro y Buero Vallejo en su estreno. A la dcha., el autor trabajando.
 ?? ?? La lucha por el Cabanyal. José Luis Sampedro (en el centro de la fotografía con gorra, gafas y bolsa cruzada) se solidarizó con la huelga de hambre de los miembros de la Plataforma Salvem el Cabanyal en el año 2000.
La lucha por el Cabanyal. José Luis Sampedro (en el centro de la fotografía con gorra, gafas y bolsa cruzada) se solidarizó con la huelga de hambre de los miembros de la Plataforma Salvem el Cabanyal en el año 2000.
 ?? ?? Firma de ejemplares de la novela publicada en 1993, tercera parte de la trilogía Los círculos del tiempo, junto con Octubre, Octubre (1981) y La vieja sirena (1990).
Firma de ejemplares de la novela publicada en 1993, tercera parte de la trilogía Los círculos del tiempo, junto con Octubre, Octubre (1981) y La vieja sirena (1990).
 ?? ?? La sonrisa etrusca. Esta novela publicada en 1985, inspirada por el nacimiento en 1980 del nieto de Sampedro, es una de sus obras más apreciadas por los lectores, y la más vendida y traducida a otros idiomas.
La sonrisa etrusca. Esta novela publicada en 1985, inspirada por el nacimiento en 1980 del nieto de Sampedro, es una de sus obras más apreciadas por los lectores, y la más vendida y traducida a otros idiomas.
 ?? ?? Un hombre fronterizo.
La biografía de Sampedro, publicada por Plaza & Janés, incluye un centenar de textos inéditos del autor.
Un hombre fronterizo. La biografía de Sampedro, publicada por Plaza & Janés, incluye un centenar de textos inéditos del autor.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain