HISTORIA DE LA PUBLICIDAD
Desde el bullicio de los antiguos mercados hasta los anuncios en internet, las sociedades han comunicado el valor de productos y servicios a lo largo de los siglos.
En el paisaje cotidiano de las sociedades actuales resulta omnipresente la publicidad, sea en los medios de comunicación, en las calles o en el ámbito digital.
Forma parte característica de la modernidad, pero es posible rastrear precedentes. En la antigüedad y en el medievo se publicitaban los productos fundamentalmente de boca en boca: el griterío en los mercados resaltaba la bondad de la mercancía. También se han encontrado letreros que ensalzaban un servicio o producto, así como carteles con dibujos que señalaban la ubicación de un negocio. En la Edad Media hubo también pregoneros que anunciaban precios y productos en venta.
FORMATOS Y MEDIOS
La publicidad moderna nació a partir del avance de la imprenta en los siglos XV y XVI. En el XVII los periódicos de Londres insertaron anuncios, iniciando un proceso que acompañaría al desarrollo de los medios de comunicación. En Estados Unidos el primer anuncio se publicó en un periódico de Boston en 1704. Inicialmente se imprimían los anuncios en los márgenes de periódico, por estimarse que debían estar subordinados a las noticias y artículos de opinión. También eran promoción publicitaria las tarjetas comerciales que se confeccionaban en el XVIII, de gran formato y con ilustraciones, así como los carteles que promovían negocios.
A la gran expansión de los negocios en el siglo XIX acompañó la de la publicidad, indispensable para la venta y difusión de algunos productos. Se insertó en la prensa, cuya importancia creció al recoger noticias llegadas por telégrafo, no solo artículos de opinión y asuntos locales dispersos. Hacia 1860 cada vez más ciudades de los países avanzados tuvieron periódicos semanales o diarios. Hubo publicidad que se editaba a gran escala en varios periódicos y distintos países.
A finales del XIX aparecieron las agencias de publicidad, primero en Estados Unidos. Al principio eran meros intermediarios entre las empresas y los periódicos. Luego, a comienzos del xx, se implicaron en la producción del mensaje publicitario, configurando textos e ilustraciones y creando unas técnicas específicas. Desde los años veinte de ese siglo las agencias llegaban a planificar y desarrollar campañas publicitarias completas, que incluían la investigación del mercado, la confección de los textos y su inserción en los diversos medios. El marketing influyó de forma creciente en los comportamientos de la población.
La aparición de otros medios de comunicación dio lugar a nuevas formas de publicidad. La locución y la música formaron parte de la publicidad por radio, que comenzó a emitirse en 1922. El extraordinario crecimiento que siguió a la segunda guerra mundial, con cambios en las formas de vida —propagación del automóvil, difusión de los electrodomésticos, nuevos objetos de consumo— fue estimulado por la publicidad, que recibió un impulso con la llegada de la televisión, creándose nuevas técnicas publicitarias, respaldadas con estudios de penetración social.
Al llegar las nuevas tecnologías, los medios de penetración de publicidad se han diversificado aún más. Junto a los sistemas tradicionales, los anuncios están presentes en móviles, internet, correos electrónicos e incluso existen canales televisivos dedicados a la publicidad.