El linaje de Hitler
David Gardner ha llevado a cabo una apasionante investigación para encontrar a los parientes ocultos del Führer. El resultado es un libro revelador, realmente fascinante sobre una faceta poco conocida de la historia del dictador, así como una crónica apasionante de cómo el autor rastreó y contactó con los supervivientes de una estirpe que la mayor parte del mundo pvwrobablemente esperaba que se hubiera extinguido.
Adolf Hitler fue uno de los seis hijos de su madre y uno de los ocho de su padre, Alois. Este, como joven funcionario del servicio de aduanas austriaco, utilizó su apellido de nacimiento Schicklgruber, pero a mediados de 1876, a los 39 años y bien establecido en su carrera, pidió permiso para usar el de su padrastro, Johann Georg Hiedler. Nadie sabe por qué, pero cambio la ortografía del apellido por Hitler y así quedó para la historia.
Alois tuvo tres esposas. Anna Glass-Hörer, una rica heredera de quien se divorció, Franziska Matzelberger, que murió de tuberculosis y con la que tuvo tuvo dos hijos, Alois y Angela, y Klara Pölzl con quien se casó el 17 de enero de 1885 y que le dio seis hijos, aunque solo dos llegaron a adultos: Adolf, nacido en abril de 1889, y Paula, en junio 1896. Alois, hombre severo y alcohólico, fue un maltratador que pegaba a sus hijos si no eran obedientes al instante. Especialmente mal se llevaba con Adolf que insistía en dedicarse al arte, mientras que su padre deseaba que fuese funcionario. Cuando Alois murió, en 1903, su hijo pudo iniciar su carrera artística, que claramente no fue exitosa y lo empujó hacia otros caminos. La relación con su madre era estrecha, pero murió de un cáncer de pecho en 1907, dejando a su hijo desolado. Cuando Hitler se suicidó en abril de 1945, su hermana Paula, que nunca se casó, y sus dos medio hermanos, Alois y Angela, que sí tenían hijos (dos y tres respectivamente), también. ¿Qué fue de ellos y de sus hijos? Nadie estaba realmente seguro hasta que David Gardner publicó este libro tras rastrear a los parientes vivos de Hitler en Estados Unidos y ponerse en contacto con ellos. Hoy sabemos que solo quedan cinco miembros vivos de la familia Hitler y que, si se salen con la suya, el linaje familiar se acabará con ellos.