La frágil recuperación del lobo ibérico
Su población podría haberse sobrestimado
Hispania lobuna. La mayoría de estos animales habita zonas del noroeste (Zamora, Orense, León...). Estas fotos se tomaron en un centro de recuperación de Antequera (Málaga), donde una manada vive en semilibertad.
Casi todas las estimaciones apuntan que unos 2.500 lobos ibéricos, Canis lupus signatus, podrían habitar la Península, es decir, un millar más que hace 20 años. Temida y rechazada, la especie fue muy perseguida hasta finales de los 70. Sin embargo, una mayor conciencia conservacionista y unas leyes más restrictivas sobre su caza parecen haber contribuido a que resurja. El cuadrante noroeste de nuestra geografía –León, Zamora, Orense, Lugo y Asturias– acoge la mayoría de estos depredadores. También se puede rastrear su presencia en Álava, Burgos, La Rioja y algunos enclaves al sur del Duero, hasta Sierra Morena, donde vivirían unos 30. En los Pirineos se ha detectado, además, la subespecie Canis lupus italicus. Ahora, un estudio genético realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona, el CSIC y la Universidad Pompeu Fabra sugiere que su número es sensiblemente menor. En toda la Península, apenas habría 600. Familiar y adaptable. “El lobo es un superviviente. Es incluso capaz de dejar de aullar para no ser localizado”, afirma José Carlos de la Fuente, naturalista experto en estos mamíferos. Hoy, sus mayores amenazas son el uso de venenos, la persecución ilegal y las cuotas de caza que superen el 30 % de las poblaciones.
Los lobos cazan y comen en manada ( El macho alfa dominante es el primero en alimentarse ( pero también vela por que a los cachorros no les falte bocado.